Los botellones, pese a estar prohibidos dese hace años por el Ayuntamiento y ahora expresamente por el Govern para evitar contagios de coronavirus, siguen celebrándose. Y con ellos crece el malestar de muchos vecinos que no pueden descansar por la noche. Las quejas a la Policía Local por este motivo se han disparado en julio y agosto.

Las cifras provisionales facilitadas por la Policía Local reflejan ese aumento de requerimientos al 092 para disolver botellones en distintos puntos de la ciudad. En junio, fueron 23 las llamadas, pero ese número se disparó a 153 en julio. En lo que llevamos de mes, ya con la prohibición del Govern vigente, han sido otras 123 quejas. En total, la Policía de Palma ha registrado 299 reclamaciones vecinales por botellones desde junio.

Como respuesta a esas quejas por botellón, se han levantado 231 actas por infracción de la normativa. En junio fueron 38; 125 en junio y 68 en este mes de agosto, indicó ayer la Policía Local.

Palma cuenta desde hace años con una ordenanza municipal que prohíbe estas concentraciones para beber alcohol y establece multas. Pero además, a finales de julio, el Consell de Govern vetó "las reuniones sociales conocidas popularmente como botellón en todas las vías y espacios públicos, ya sean calles como parques, plazas o aparcamientos, o en general al aire libre" para frenar los contagios de covid-19. Participar en uno de ellos se considera una falta contra la salud pública y puede sancionarse con hasta 3.000 euros. Y en caso de que los sancionados sean menores, la multa recaerá sobre sus padres.

Para luchar contra el botellón este verano, la Policía de Palma y la Nacional están sumando esfuerzos. Hace casi un mes, ofrecieron un balance de su cooperación: se habían levantado 445 actas e identificado a 730 personas, con 88 denuncias interpuestas por no llevar mascarilla.

Pese a las prohibiciones, están siendo muy frecuentes las denuncias vecinales por la concentración de gente en parques y plazas por las noches. El balneario 0 de Can Pastilla, la plaza de las Columnas, polígonos industriales y el parque de Can Simonet son algunos de estos puntos conflictivos.

Más vigilancia en Can Simonet

En el parque de Can Simonet, en Camp Redó, son habituales los botellones y los altercados entre un grupo de indigentes, según denuncian los vecinos. El regidor de Ciudadanos en el ayuntamiento de Palma, Alex Escriche, reclamó ayer "un aumento de la vigilancia".

Escriche destacó "la situación de desamparo que viven los vecinos de la calle Cotlliure" y recordó a Cort que "el descanso es un derecho y es deber del Consistorio garantizar que ese descanso se produce". También señaló que la Policía Local debe "sancionar al infractor que vulnera los derechos de los vecinos".