El Día Internacional del Peatón, conmemorado ayer, no se puede celebrar en Palma, a la vista de los dos viandantes atropellados al día de media en lo que llevamos de 2020, incluyendo los más de tres meses de confinamiento. Fueron 114 víctimas en total desde enero hasta la semana pasada, de las que la mayoría resultaron heridas leves (69), aunque también hubo un atropello mortal, 21 heridos graves, dos de carácter reservado y otra veintena de peatones ilesos físicamente -sin contar el susto por el impacto con un vehículo-, según los datos de la Policía Local, que reflejan que el número de atropellos se ha incrementado considerablemente respecto a 2019, cuando se registraron 326 en total, es decir, casi uno cada día de media.

Al fallecimiento contabilizado por la Policía hay que sumar otro viandante que murió pocos días después de ser hospitalizado por el fuerte golpe que le propinó un conductor ebrio. Ocurrió el 10 de junio en la avenida Argentina y, al día siguiente en la misma vía, se produjo la primera muerte citada. Se trataba de un peatón al que le alcanzó un semáforo que se cayó tras ser golpeado por un coche. La presidenta de Vianants en Lluita, Sonia Jichi, destaca que "ambas muertes y otra en octubre de 2019 en el paseo Marítimo ocurrieron en calles en las que la velocidad máxima permitida supera los 30 kilómetros por hora, pese a que Cort publicita la Ciudad 30".

"Violencia vial"

El colectivo en defensa del peatón critica que en dichas vías y otras muchas, como Andrea Doria y las demás radiales de entrada y salida del casco urbano, no se reducirá la velocidad ni se implantarán otras medidas de pacificación del tráfico. "Los atropellos no ocurren por la mera fatalidad, sino por la falta de actuaciones preventivas a cargo de la administración, por lo que es la responsable junto con el conductor de lo que ocurre en la calzada", argumenta Jichi. Añade que "el Ayuntamiento es quien permite la circulación por el casco urbano a 40 o 50 kilómetros por hora, por lo que al final es quien otorga licencia para matar, ya que un coche es un arma", según la portavoz de Vianants en Lluita, que quiere que cale el concepto de "violencia vial" que se produce contra los viandantes.

Este colectivo, perteneciente a la coordinadora estatal Andando, conmemoró ayer el Día Mundial del Peatón recordando en una nota conjunta que "el ingrediente fundamental de la receta para cambiar la movilidad es mejorar la caminabilidad". Señalan que, en las ciudades españolas, "casi la mitad de los desplazamientos se realizan a pie, pese a que llevan décadas diseñando las calles para el automóvil y perdiendo opciones para hacer que caminar sea una manera cómoda y segura de desplazarse". Lamentan que los peatones ceden la mayor parte del espacio público al aparcamiento y circulación de vehículos, dando rodeos para cruzar, transitando por aceras inseguras, sin arbolado ni bancos, etc.

Por tales motivos, reivindican "que el caminar sea el centro de la movilidad urbana", es decir, que las necesidades de los peatones "sean los criterios principales para diseñar las calles y regular los diferentes tipos de movilidad de las ciudades y pueblos", teniendo en cuenta en especial a los niños, las personas mayores y aquellas con discapacidad.

Concluyen que "los peatones no somos intrínsecamente vulnerables, sino que hemos creado ciudades, calles y carreteras que nos hacen vulnerables". De ahí la importancia de aplicar políticas que reduzcan los contextos que provocan inseguridad o incómodidad en el caminar. "Estamos a tiempo de cambiar los barrios y pueblos para mejorar la salud y la calidad de vida de los peatones, es decir, de todos", tal como animan Vianants en Lluita y Andando.