Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pensar, compartir...

Celebrando el puerto del Molinar

Un éxito tan sonoro como el de haber salvado de la ambición destructiva de unos pocos el pequeño puerto del Molinar, hay que pregonarlo...

El espejo de agua del puerto del Molinar con el edificio protegido al fondo.

Un éxito tan sonoro como el de haber salvado de la ambición destructiva de unos pocos el pequeño puerto del Molinar, hay que pregonarlo mucho. Esos pocos habían proyectado robarnos el mar y su paseo y cerrar a cal y canto un nuevo puerto entre cuatro y siete veces mayor al actual, sobrepasando artificialmente la ensenada natural del caló d'en Rigo. Han protestado mucho por no haberse salido con la suya y siguen remugando.

La memoria colectiva a veces es débil y aquello que no queda escrito, en letras o en imágenes, parece que no existe. Por eso, aunque con la volatilidad de un artículo, quiero plasmar aquí mi celebración en forma de ráfagas de recuerdos, ya que la fiesta gorda tendrá que esperar por culpa de estos tiempos raros en que la cercanía física es casi imposible.

Hace siete años se publicó en prensa el primer aberrante proyecto de cargarse el Molinar patrocinado por la directiva de un club marítimo que no había sabido, en los últimos años, ni dar una capita de pintura a sus instalaciones. Ese día yo tenía una reunión con la agencia Turismo Palma 365 y espeté: ¿Qué pensáis de esto? ¿Así se promociona un turismo respetuoso? Como yo, estaban estupefactos.

Pocos días después pidieron reunirse con mi entidad desde la ejecutiva promotora de las súperobras. De ese día son las únicas fotos que tengo desde el primer piso del edificio histórico que hemos conseguido salvar. Pedí salir a la terraza y poder hacerlas. Los barcos en primer término, las casas bajas y la iglesia después. Una estampa preciosa que dentro de pocos días también podremos contemplar desde el mirador que se crea sobre la futura escuela de vela. Querían que diéramos apoyo a su proyecto de cargarse hasta la última piedra del rastro de su historia. Dijimos que ni hablar, claro.

Por experiencia en otras luchas ciudadanas y después de empezar los contactos de lo que luego sería la campaña Al Molinar, Port Petit, creía que debíamos presentar una alternativa. Siempre es bueno trabajar en positivo y no solo decir no, por mucho que se lo merecieran. Así que me reuní con un amigo ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Mientras rumiábamos ensalada y estrategias pronunció la frase que dio origen al lema que ya se ha hecho realidad. No hacia falta ningún crecimiento de ningún tipo. El del Molinar debía ser, según sus palabras, "un port petit", lo que era. ¡Oh? qué descanso, después de oír aquellas palabras! No hacía falta rebatir cuestiones técnicas de ningún tipo, solo reivindicar la dignificación de lo que había.

Recuerdo después las reuniones con el alcalde Isern, que no comulgaba para nada con esos afanes de hormigonar el mar, y sus palabras: "Àngels, estic d'acord amb el que deis però faig el que puc, ja m'han estirat de les orelles?" Se refería a su partido, del que era cargo interno el promotor. Quizás por eso ha sido el único grupo que ha tenido una posición ambigua. Porque todo el resto de las formaciones políticas siempre ha tenido una actitud clara y comprometida a favor de conservar el tamaño de petit port del Molinar. Tengo grabada en las pupilas la imagen de la firma del compromiso de todos ellos con nuestra campaña, en época electoral, con el cielo y el mar al fondo. Hermoso? y el trabajo que nos dio fabricar con mucha maña el pupitre minimalista sobre el que plasmaron a la vez todas las firmas de las candidaturas.

Hay que celebrar las cosas buenas todo lo que se pueda y una de esas cosas ha sido poder conocer a Joan Gual de Torrella. Un hombre que hizo suyo el compromiso con el Molinar y que ahora es perseguido por cuestiones de su cargo igual que lo fue Francesc Triay, uno de los predecesores en su responsabilidad, durante ocho años, hasta que le fueron retiradas todas las acusaciones. Deseo que su odisea sea lo más breve posible, aunque el daño ya está hecho y solo puede ser paliado con alguna muestra de aprecio.

Han sido decenas y decenas las reuniones y las iniciativas entre las personas que representamos las distintas entidades de la campaña. Todo ha dado un fruto excelente. Por eso quiero expresar un segundo deseo. Sería bonito que quienes están felices porque se haya salvado el Port del Molinar y tengamos un paseo más abierto aún junto al mar se hicieran socios de las organizaciones que hemos currado para que eso sea una realidad. Son tiempos difíciles, pero las entidades sociales son uno de los principales puntales de la democracia y la pequeña aportación económica que necesitan, que quizás algunos de ustedes puedan dar, es vital. La mayoría de la gente trabajamos sin cobrar nada, pero las sedes y si hay trabajadores no son gratis. El momento exige un compromiso aún mayor. Ahí van los nombres: Salvem el Molinar, ARCA, GOB, Vogar i Ciar, Amics de la Terra y Greenpace. Como ven, ha sido una lucha de un barrio de la mano de toda una ciudad y más allá.

Compartir el artículo

stats