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La manzana A de Corea, un ejemplo a seguir

Cuatro bloques de las viviendas sociales de Camp Redó se han unido para mejorar sus edificios con las subvenciones municipales que sufragan el 90% de las obras y evitar que la droga entre en el patio

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La manzana A de Corea, un ejemplo a seguir

La manzana A de las viviendas sociales de Camp Redó es un oasis en el que Ilda riega cada tarde el enorme limonero de su planta baja y los pimientos, buganvillas y otras trepadoras que dan vida a la parte exterior de su rincón. En el patio comunitario también hay un par de árboles que los vecinos aprovechan de vez en cuando para sentarse a la sombra y huir del calor. Los niños de los cuatro bloques de pisos situados entre las calles General Riera, Alfons el Savi e Infant Pagà juegan en este recinto cerrado y celebran fiestas de cumpleaños sin el peligro de clavarse una jeringuilla, como les podría haber ocurrido hace dos años en esta manzana de Corea y aún hoy en otras.

El patio estaba abierto por tres accesos y "era un horror", resume Antonia Sánchez, la presidenta del espacio al aire libre. "Había drogadictos que entraban para pincharse, residuos por el suelo, excrementos de perros de gente incívica que los soltaba por aquí, botellón, vandalismo y altercados de madrugada", amplía sobre una situación que se repite muy cerca de allí continuamente, además de redadas antidroga como la de este mismo jueves. Los residentes de las 32 viviendas -ocho por cada bloque- no aguantaban más, por lo que no se lo pensaron dos veces cuando les informaron de que el Ayuntamiento otorgaba subvenciones del 90% para mejorar las zonas comunitarias. "Los cuatro presidentes de la manzana nos reunimos con el resto de vecinos y decidimos ir cambiando todo lo que teníamos mal", recuerda la portavoz sobre los inicios.

El cierre de los accesos con una verja o levantando muros en los pasadizos estrechos no se pudo hacer hasta el año pasado, pero mientras tanto las comunidades de propietarios aprovecharon la primera convocatoria de ayudas municipales para ejecutar otras reformas. La que más peticiones hizo fue Alfons el Savi número 2, que utilizó la subvención de 2017 para impermeabilizar la cubierta, cambiar la puerta de la entrada, colocar un portero automático, iluminar la escalera y reparar y pintar la fachada, según indica el Patronat Municipal de l'Habitatge y confirma Sánchez.

En la segunda fase, cambiaron las persianas mallorquinas, que no habían sido sustituidas desde la construcción de los pisos en 1954 -"imagínate cómo estaban", resalta-, y pusieron patas arriba la entrada para instalar contadores de agua individuales y sacar hasta la calle la acometida, por lo que también hubo que embaldosar y decidieron además construir una rampa que salvase los escalones de acceso a la finca. El bloque del número 2A realizó las mismas mejoras, excepto la sustitución de las persianas mallorquinas, que sí pidió el que da a la calle General Riera, así como otras reformas. En cambio, los de Infant Pagà 21 solo optaron a una ayuda para pintar la fachada, señala el Patronat.

Tercera convocatoria

Y entre los cuatro, obtuvieron la ansiada subvención para llevar a cabo el cerramiento del patio de la manzana A. "Aún nos queda arreglar el pavimento y la caseta, que usaremos para guardar cosas y las herramientas de jardinería, ya que un chico viene cada cierto tiempo a quitar los hierbajos", tal como explica Antonia Sánchez. El Ayuntamiento sacará la tercera convocatoria de ayudas a finales de año y la destinarán a concluir la remodelación de su pequeño oasis en Corea.

"Este barrio ha llegado a una degradación tremenda y es una pena, porque supongo que a todo el mundo le gusta vivir en buenas condiciones". No habla de lujos. "Con voluntad y todos juntos, se puede limpiar la porquería de los patios y fincas en una hora, pero hay que querer". Destaca que está muy satisfecha de los vecinos de su manzana, que "han mostrado una gran predisposición desde el principio y han pagado poco a poco las derramas necesarias para las reformas, ya que aunque la subvención del Ayuntamiento es del 90%, el IVA no entra y aquí hay gente mayor con pensiones bajas y no siempre pueden hacer frente a los gastos". Además, han redactado unos estatutos para el patio comunitario con horarios, usos, limpieza, etc. con el fin de asegurar una buena convivencia. "Por ejemplo, si hay una fiesta de cumpleaños, los organizadores, que tienen que ser vecinos, saben que después deben recoger todo", algo lógico pero que no siempre se cumple. La presidenta anima "a las demás manzanas a seguir los pasos de la A para mejorar la zona entre todos".

Mejoras en 19 fincas

En ello está el Patronat Municipal de l'Habitatge, porque mientras estudian "la redacción de un plan a medio plazo para solucionar el problema de las zonas comunes", actúan a corto plazo para que las fincas no se vayan degradando más. "No puede haber parálisis por análisis", argumenta el gerente del organismo público y director de Vivienda, Josep Maria Rigo, de ahí que en 2017 impulsasen el programa de subvenciones y ya estén preparando la tercera fase. Las dos convocatorias anteriores ayudaron a 19 comunidades de vecinos, sobre todo en el arreglo de fachadas y azoteas, instalación de contadores de agua, porteros automáticos y puertas de entrada, reparación de cañerías y otras mejoras en los inmuebles.

Rigo explica que el primer paso es constituir una comunidad de propietarios. Ahora hay 33 de las 61 escaleras existentes en Corea, una cifra que se ha incrementado gracias a las subvenciones, ya que hace tres años había 24. "Todavía queda mucho trabajo por hacer, especialmente en los bloques de la parte este, en el lado de la calle Cotlliure, donde el perfil social de los residentes dificulta esta labor", argumenta. Allí hay viviendas con okupas y otras utilizadas para el tráfico de drogas -como se vio de nuevo el jueves con la operación que desmanteló dos clanes-, por lo que la última preocupación de sus moradores es constituir una comunidad de vecinos.

Mientras tanto, el consistorio también está reformando el solar donde se ubicaba el bloque VIII y las calles adyacentes para crear un espacio público que mejore un poco más la zona. Como hacen los vecinos de la manzana A, Cort ha optado por ir paso a paso para conseguir que Corea deje de tener algún día la mala fama adquirida las últimas dos décadas.

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