Una niña de dos años resultó ayer herida al precipitarse desde un 'piso patera' situado en una tercera planta hasta un patio interior en Palma. Al parecer, la caída desde una altura de unos diez metros se produjo de manera accidental. Por fortuna, la menor no sufrió lesiones graves.

Los hechos se produjeron en torno a las ocho de la mañana en un inmueble situado en una tercera planta en el número 17 de la calle Fausto Morell, en el barrio palmesano de Pere Garau. El inmueble donde residía la niña es un 'piso patera' donde convivía con una veintena de personas, entre las que se encuentran otros tres menores.

Al parecer, la caída se produjo de manera accidental. La cama de la niña estaba situado junto a una ventana. La pequeña se asomó y se precipitó desde una altura de unos diez metros a un patio interior. El impacto contra el suelo sobresaltó al resto del vecindario.

"Escuché un golpe seco y vi que la niña estaba caída en el suelo. Estaba en posición fetal. Sangraba un poco por la boca y no se movía", apuntó una vecina del inmueble. De repente, una mujer residente en el piso de donde cayó la menor bajó al otro inmueble, la cogió en brazos y comenzó a gritar desconsolada. "¡Mi niña se me muere!", clamó.

En primera instancia se personaron en el número 17 de la calle Fausto Morell agentes de la Unitat d'Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma. Investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional determinaron que la caída de la pequeña había sido accidental. También acudieron las asistencias sanitarias del IB-Salut. A continuación se activó un pasillo verde para agilizar su traslado en ambulancia a Son Espases.

Por fortuna, la menor no presentaba lesiones graves. La caída desde unos diez metros de altura le había producido politraumatismos, pero no le había resultado afectado ningún órgano vital. De hecho, no fue preciso que la menor ingresara en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de referencia de Balears.

Menores "sin escolarizar"

Según varios vecinos, la molestias causadas por las personas que viven en el tercer piso donde residía la víctima son continuas. En torno a una veintena de personas tienen fijada su residencia en este inmueble. Los ruidos y gritos son algo común.

"Se veía venir. Alguien debería tomar cartas en el asunto. El accidente de la niña se podría haber evitado", subrayó ayer el presidente de la comunidad de vecinos.

De acuerdo con los testimonios de los vecinos, varios menores "sin escolarizar" residen también en la vivienda del tercer piso desde donde se precipitó lo menor. "Te los encuentras jugando por la escaleras a todas horas. Tanto del día como de la noche. Deberían estar en el colegio como otros niños de su edad. Lo hemos denunciado a menores, pero no tuvimos respuesta", indicaron.

Muchos de los vecinos se lamentaron de la falta de instrumentos legales para combatir las irregularidades procedentes, supuestamente, del inmueble donde reside la niña accidentada. "Además de los arriendos, hay múltiples subarriendos. Pero si son consentidos por la propietaria muy poco se puede hacer", se quejaron