Decenas de personas con discapacidad se manifestaron ayer en la playa de Ciutat Jardí, en protesta por la “dejadez” del ayuntamiento de Palma a la hora de garantizar el acceso universal a los arenales de la ciudad. La concentración, convocada por el Comité de Entidades de Representantes de Personas con Discapacidad de les Illes Balears (CERMI IB) se desarrolló bajo estrictas medidas de higiene y distanciamiento social debido a la Covid-19. Alejandro Marinelli, vicepresidente de esta entidad, manifestó que “entre las dificultades con las que nos encontramos destaca que las personas con discapacidad tengamos que avisar con antelación para poder acudir a los puntos de ayuda en las playas”. Asimismo, denunció que se está negando la ayuda para el baño en el mar a las personas ciegas, al igual que el apoyo para la transferencia de la silla anfibia y la ayuda para la entrada al agua con ella. Igualmente, denunció que en los balnearios se niega el uso de los baños adaptados para las personas con discapacidad.
Disculpas del alcalde
Por su parte, el alcalde, José Hila, se disculpó puesto que “es una realidad que en estos momentos las personas con discapacidad aún no tienen los servicios disponibles para acceder a las playas”. Recordó que durante años el Ayuntamiento ha trabajado para que la mayoría de arenales pudieran ser utilizados por las personas con movilidad reducida. No obstante, manifestó que la Covid-19 ha trastocado la forma de hacer las cosas y, si bien desde el Ayuntamiento están dispuestos a mejorar este servicio, se tendrá que tener en cuenta que “no todo se puede hacer como antes”.
