La bandera verde ondea de nuevo en las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí, después de que los resultados de las analíticas indiquen que el agua es apta para el baño.

Los dos arenales se cerraron ayer debido a que, tras las lluvias registradas el pasado martes, se produjeran vertidos de aguas mixtas (pluviales y residuales) en la estación impulsora de es Baluard y en el torrente Gros, que desembocaron en las dos playas.

Desde la Empresa Muncipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) reiteraron que se prevé paliar esta situación (con la reducción estimada del 80% de los vertidos actuales) con la puesta en funcionamiento del nuevo colector interceptor que en estos momentos se está construyendo con fondos procedentes del canon de saneamiento y el tanque de laminación o de tormentas que se levanta junto a la depuradora del Coll d'en Rabassa, que permitirá retener varias horas el líquido recogido para que no desborde la planta.