El paseo peatonal y las actividades lúdicas y deportivas en el bosque de Bellver en caminos y senderos interiores estarán limitadas a 4.200 metros.

En una actuación ya contemplada en el Plan de Usos y Gestión del bosque, el Ayuntamiento aprobó ayer en junta de gobierno el proyecto de restauración y delimitación de los caminos y senderos interiores del mayor parque urbano de la ciudad, así como el de señalización de los mismos por un importe global de 904.133 euros, aportados íntegramente por el Fondo de Impulso Sostenible correspondientes a 2017. El plazo de ejecución de estos trabajos es de seis meses una vez adjudicadas las obras y se espera que puedan iniciarse antes de acabar el año.

Esta actuación se completará en un futuro con una tercera fase consistente en el lanzamiento de una campaña de difusión y concienciación ciudadana, valorada en otros 41.000 euros para la que aún no se dispone de presupuesto.

El proyecto, tal como explicó la concejala de Infraestructuras, Angélica Pastor, pretende frenar la degradación del bosque debido a que el elevado tránsito peatonal por senderos que en muchas ocasiones han sido generados por el uso y que no están señalizados, no permite la regeneración natural de la vegetación y, en consecuencia, se incrementa la erosión del suelo y la pérdida de la capa vegetal.

Si no se pone fin a esta situación, se puede perder en un corto espacio de tiempo hasta el 30% de la actual superficie vegetal. Esta última afirmación se contemplaba ya en la revisión del Plan de Usos y Gestión del bosque, aprobado en 2009 y revisado a lo largo del pasado mandato.

Siembra de 5.800 ejemplares

Entre las actuaciones que se incluyen en el denominado Lote 1 de la actuación está la siembra de 5.800 ejemplares de árboles y arbustos de hoja perenne, además de la distribución en otros 450 metros cuadrados de una mezcla de semillas para ayudar a que la tierra vegetal aportada se fije.

Para taponar los senderos que no pueden utilizarse se van a construir barreras con vallas integradas con vegetación, además de repoblar las zonas degradadas, que conformaban el sendero que se quiere eliminar.

El arquitecto municipal Miquel Àngel Mayol explicó asimismo que en las zonas con una mayor pendiente se van a colocar troncos o alineaciones de piedras dispuestas transversalmente al camino para que sujeten la tierra y evitar así en lo posible la erosión del terreno.

Las especies que se van a plantar en zonas que han sufrido un proceso de degradación importante serán distintas en función de la zona del bosque.

De esta forma, en las zonas con clima más mediterráneo se sembrarán pinos (el 50%), olivos (30%) lentiscos (8%), estepas blancas (4%), breznos (84%) y aladernos (4%).

En cambio, en las zonas más húmedas del bosque los árboles predominantes que se sembrarán serán las encinas (40%), los madroños (50%) y el mirto (10%).

El segundo lote de esta actuación, cuyo proyecto también fue aprobado ayer, supone la señalización de los espacios de uso público con el fin de ordenar el senderismo.

Con esta actuación se pretende también que los usuarios utilicen siempre los caminos indicados, al tiempo que se ayuda a las personas con dificultades visuales y cognitivas a atravesarlo. Según Mayol uno de los problemas que se detectó cuando se realizó el Plan de Usos es el elevado número de personas que pierden la orientación en determinadas zonas del bosque en las que, ya sea por la orografía o la altura de los pinos, no se ve el castillo y, en consecuencia, no se puede tomar como referente.

Mayol hizo hincapié en que, una vez concluido el proyecto, solo se podrán utilizar los caminos en los que así se indique, en los demás su uso estará prohibido. Con la señalización también se pretende indicar los elementos desconocidos por muchos ciudadanos y usuarios del bosque, como la ermita. Se pretende también crear unos recorridos principales a partir del camino perimetral, el histórico, el de Jovellanos y la carretera asfaltada.