El GOB ha pedido al ayuntamiento de Palma que revise el tratamiento de aguas a su paso por los torrentes de la ciudad, reduciendo el uso del líquido procedente de la desalinizadora y la potabilizadora, haciendo de esta forma una gestión más integral y sostenible" del ciclo del agua.

Para los ecologistas, la gestión de los torrentes de Palma "constituye un problema medioambiental continuo debido a los vertidos incontrolados y la falta de limpieza ecológica de los mismos" y critican las actuaciones de Emaya con intervenciones que alejan la flora y la fauna de los cauces.