La pandemia provocada por la expansión de la Covid-19 ha dejado sin procesión marítima y terrestre a los marineros de la cofradía de pescadores con motivo de la celebración de las fiestas de su patrón, Sant Pere. El patrón mayor de la cofradía de Palma, Domingo Bonnín, a la que están asociados los 80 profesionales del mar que faenan en las cuatro barcas de arrastre, las seis de cerco y las 14 que se dedican a las artes menores, ha manifestado que adoptaron la decisión de suprimir todos los actos relacionados con la fiesta de su patrón, "por responsabilidad" y porque no querían ser "un mal ejemplo" ante otras entidades, asociaciones y administraciones que deben calibrar a la hora de organizar actos festivos multitudinarios la necesidad del mantenimiento de las distancias de seguridad en la nueva normalidad. Además, uno de los actos suprimidos consistía en la tradicional comida que se ofrece a los pescadores jubilados, todos ellos, por su edad, pertenecientes a la población de riesgo. Eso sí, una representación de la cofradía acudió a la misa en honor al patrón que se oficia cada año en la iglesia de Santa Creu.
Azufre peligroso en las calles
El presidente del grupo ecologista Progreso en Verde, Guillermo Amengual, ha alertado del peligro que supone el vertido de azufre en las calles por parte de algunos vecinos, que pretenden de esta forma combatir los orines de los perros. Amengual recuerda que esta práctica, además de ineficaz, resulta peligrosa, puesto que el azufre es altamente contaminante y puede provocar úlceras en la piel, dificultades respiratorias e inflamación de la mucosa nasal, además de otras dolencias.
