El pleno del Ayuntamiento de Palma aprobó ayer la actualización de las tarifas de Emaya. La empresa ha renunciado a subir la tarifa de recogida, debido a la actual crisis sanitaria y económica, pero sí introduce el pago por volumen de residuos, cobrando más a los grandes generadores de basura, anunció ayer su presidente, Ramon Perpinyà. Cort celebró ayer de nuevo una sesión de plenos presencial, tras el fin del estado de alarma, aunque manteniendo distancias entre los asistentes y sin público.
"Además de reciclar, tenemos que reducir el volumen de residuos", expuso Perpinyà, antes de explicar que Emaya tiene tarifas nuevas por las "que cada uno paga según lo que genera y cómo lo genera". Por el momento, este listado de nuevos precios afectará a grandes superficies, supermercados o hipermercados, que en vez de pagar una tarifa plana como hasta ahora, tendrán otra detallada según sus residuos, ya sean envases u orgánica. "Si no generas, no pagas. Si generas mucho, pagas", resumió el presidente de Emaya, quien remarcó que se trata de un sistema más complejo. Por ello, se empezará a aplicar a esos grandes generadores, para extenderlo a toda la ciudadanía entre 2022 y 2023.
En la revisión de las tarifas de Emaya, que no se actualizaba desde 2013, se incluye la tasa por limpieza de grafitis, de unos 10 euros por metro cuadrado, que en este caso pagará quien lo solicite, pese a que la pintada no sea su responsabilidad.
En el pleno de ayer también se autorizó, con la abstención de la oposición, el endeudamiento de Emaya a largo plazo por un importe máximo de 661.435,76 euros. Perpinyà explicó que esta operación se emprende para poder afrontar el plan de obras de saneamiento de la ciudad.
