Un centenar de vendedores ambulantes con paradas de género no alimentario en la plaza Pere Garau han pedido al Ayuntaminto que corte las calles de alrededor del mercado para que ellos puedan volver a montar sus puestos los martes, jueves y sábados, como hacían antes del estado de alarma. Tras el confinamiento y para mantener distancias, Cort les ha comunicado que pueden ir a vender los lunes, miércoles y viernes, opción que el centenar de familias afectadas rechaza.

Los vendedores, principalmente de ropa, se concentraron ayer por la mañana en la plaza Pere Garau pero no montaron sus puestos, pese a que ayer sí podían retomar su actividad. Este colectivo quiere recuperar sus días de mercadillo de siempre y proponen, para garantizar las distancias de seguridad, cortar el tráfico alrededor del mercado los martes, jueves y sábados.

Además de querer mantener el conjunto del mercado ambulante, la gran mayoría de vendedores tienen comprometidos el resto de la semana en mercados de otros municipios y no quieren perder esas plazas.

De momento, el área de Mercados de Cort asegura que estudia la propuesta, pero también señaló ayer que este corte de calles implica a otras áreas, como la de Movilidad, la EMT, Emaya.

"Pere Garau es uno de los mercados más antiguos y más importantes de toda Mallorca", y quitar las paradas de género no alimentario "es quitarle su esencia", explicó ayer Enriqueta Garrido, de la Asociación Balear de Vendedores Ambulantes, quien está en negociaciones con Cort para recuperar su anterior calendario de mercadillo.

"Que nos reubiquen a todos. Que las paradas de verduras y plantas reduzcan metros y nos los den a nosotros. Hay 105 familias de línea de textil y 89 payeses. Lo veo injusto", expuso Evaristo Heredia, uno de los vendedores afectados por el cambio de días establecido por Cort. "La gente que estamos aquí hemos heredado los puestos de nuestros padres o de nuestros abuelos, que son los que fundaron Pere Garau", mencionó.

"Si es por una alerta sanitaria y nos tenemos que encerrar en casa otros tres meses, no pasa nada, pero los mismos derechos que tienen los payeses, tenemos nosotros", añadió Heredia.

Garrido comentó que entre los vendedores ambulantes hay familias que tienen el puesto desde hace más de 50 o 60 años y que es un colectivo muy afectado por la crisis, ya que "fue el primero que cerró y el último en reabrir".