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Urbanismo

Unos 60 locales se han transformado en viviendas desde principios de año

La Federació d'Associacions de Veïns reclama a Cort poner freno a esta "sangría" que afecta al tejido comercial de la ciudad

En el número 3 de la céntrica calle Caputxins, una oficina se ha reconvertido en un piso. guillem bosch

Unos 60 locales han cambiado de uso para transformarse en viviendas solo en los cinco primeros meses de este año. Esta reconversión de espacios dentro de la ciudad se da desde hace tiempo y mientras unos ven en ella la posibilidad de tener un lugar para vivir digno y asequible, incluso una oportunidad de inversión, otros denuncian que se está acabando con el tejido comercial de la ciudad.

Quien ha recopilado la información y denuncia públicamente la pérdida de locales comerciales por esta transformación es la Federació d'Associacions de Veïns de Palma. Su presidente, Joan Forteza, asiste a los consejos de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento y pide "poner freno a esta sangría" con el nuevo PGOU (Plan general de ordenación urbanística). "Durante los cinco primeros meses de 2020, se han autorizado las licencias para cambiar el uso en 59 locales, de los que el 80%, 50 locales eran comerciales a pie de calle y 9, el 15%, eran oficinas y despachos, en todos los casos se han reconvertido para uso residencial", repasa.

En la última reunión del Consejo de Gerencia de Urbanismo, hace quince días, se aprobó el cambio de uso para cuatro locales y la legalización de otro más, según refleja la documentación facilitada por Cort. Es solo un ejemplo de lo que pasa desde hace años. Forteza denuncia que "esta situación es continua" y que en la misma proporción ya se dio durante todo 2019, "hasta convertirse en un grave hándicap para el comercio en general y muy particularmente para las tiendas de comercio de proximidad, tanto en los barrios del centro de la ciudad como de la periferia".

Sí, pero con condiciones

Otra entidad vigilante con la transformación de Palma es ARCA, la Associació per a la Revitalització del Centre Antic, que asegura no oponerse "por sistema" a estos cambios, siempre que se respeten ciertas condiciones. Entre ellas, Àngels Fermoselle, vicepresidenta de la entidad, menciona que la reconversión de locales no contribuya a empobrecer el tejido comercial de proximidad, que no se altere la fachada de los edificios, manteniendo las mismas oberturas, materiales y colores, ni la estructura del inmueble, sobre todo si se trata de construcciones anteriores a 1950.

Para Forteza, la autorización de cambios de usos para locales y oficinas "con total indiferencia" desde la Gerencia de Urbanismo y el área de Modelo de Ciudad agrava aún más la situación del pequeño comercio, afectado por el cambio generacional, por la "competencia desmesurada" de las grandes superficies y la venta on line.

En cambio, como recogía este diario hace unos meses, los promotores inmobiliarios han reclamado al Ayuntamiento más facilidades para sacar adelante estos cambios de uso.

Los 59 locales reconvertidos, en opinión de Forteza, chocan con la política de apoyo al comercio local. "Se desarrollan de manera tímida vía subvenciones, pequeñas campañas municipales de dudosa eficacia para favorecerlo, como la protección de fachadas de comercios emblemáticos, a la vista totalmente insuficientes, incluso muchas de ellas son puramente testimoniales dado que los comercios ya están cerrados", apostilla el presidente de la Federació de Veïns. "Conseguir viviendas dignas a precio asequible de manera significativa, tal como necesita Palma, solo es posible si desde las instituciones se desarrollan políticas de inversiones directas y potentes con este sentido", añade al respecto.

Fermoselle expone otra necesidad, la de contar con planes de usos por barriadas, algo de lo que carece Palma, "para evitar la alteración de los equilibrios entre viviendas y servicios necesarios" en cada zona.

A ARCA también le intranquiliza la tendencia contraria en barrios como El Molinar. "Nos preocupa que por culpa de que no haya un plan de usos adecuado, los bajos de los edificios, especialmente los de primera línea, tradicionalmente dedicados a viviendas, se puedan convertir en bares, heladerías, inmobiliarias, restaurantes o tiendas de souvenirs".

El bajo del número 35 de la calle Poroto también tiene cambio de uso autorizado. G. B.

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