"Santa Rita está totalmente confinada, es una ciudadana ejemplar". Fray Jesús Miguel, rector de la iglesia dels Socors, bromea minutos antes de empezar la misa de las 12:00. El día de Santa Rita no está siendo hoy como el de otros años y de ello tiene la culpa el coronavirus. Los fieles y los devotos se van acercando al templo, ordenadamente, con su mascarilla y preguntando en la entrada si pueden pasar [vea aquí las imágenes]. "Por aquí si quiere ver a la Santa y por allí si va usted a la misa", indica Pedro Jaume, guardia de seguridad. No hay agua bendita pero sí desinfectante que la gente se aplica en un gesto que se está volviendo rutinario.

En la capilla de la Santa las cosas tampoco son como otros años. Francisco Lucas Real sostiene un taco de estampitas que va ofreciendo a los que dejan el lugar tras rezar ante Santa Rita. Francisco es colaborador de la iglesia dels Socors y explica los cambios: "La Santa no ha salido de su capilla como otros años en que se colocaba ahí en medio y esto estaba lleno de flores". Los ramos se colocan apartado de la imagen, en un rincón. Si alguien llega con una ofrenda, Francisco le indica donde depositarla. Cree que a lo largo del día pasarán por la iglesia unas dos mil o tres mil personas, cifra que en circunstancias normales solía alcanzar las seis mil visitas. "La cola para entrar a la Iglesia daba la vuelta a la calle", rememora.

Hoy, Francisco también controla que no se acumulen más de diez personas frente a la venerada imagen. "¿Este año no hay rosas?", pregunta una mujer. "Este año no", dice Francisco. Explica que otros años al salir de la iglesia, se ofrecía a los visitantes una rosa y una estampa. También se vendían otros objetos relacionados con santa Rita. Todo esto ha desaparecido como medida de seguridad frente al covid-19. La rosa es el símbolo de la Santa que suele representarse sosteniendo esta flor, como la imagen que se conserva en la iglesia dels Socors. Los fieles suelen traer ramos de esta u otras, pero este año todo se ha visto reducido a causa de la pandemia.

Muchas mujeres, casi todas mayores, acuden al templo para cumplimentar esta visita que en la mayoría de los casos iniciaron siendo niñas, acompañando a sus madres. "Vengo desde los seis años", dice Juana Mari Planas. Este año le ha pedido salud para la familia y que el bebé que espera su hija "venga bien". Pedir para los demás y no para una misma es una constante en las pregarias que estas devotas dirigen a la abogada de los imposibles.

"Nunca pido nada porque tengo salud, mis hijos también y no me falta nada. Pido para los otros. Este año que haya trabajo", dice Isabel Bonnín. Vecina del casco antiguo de toda la vida señala que la tradición le viene de sus padres, de siempre. "Ha cambiado mucho en todos estos años y ahora con la pandemia más todavía. La gente joven ya no viene".

Las hermanas Juana María y Patricia Oliver se detienen antes de entrar al templo para explicar que son devotas al igual que ya lo fuera su madre. "Conocemos su vida, es la abogada de los imposibles", dice Juana María. "Siempre le doy las gracias, siempre se cumple lo que le pido. Es la única santa que visito", dice Patricia.

El interior de la iglesia está perfectamente señalizado para que en todo momento se pueda respetar la distancia social. Explica Fray Jesús Miguel que el aforo se ha reducido a 90 personas en el interior del templo y que se siguen todos los protocolos. Se ha aumentado el numero de misas, hasta diez, para que los fieles puedan asistir con seguridad.

"La gente tiene un comportamiento ejemplar", dice el capellán. Explica que en Mallorca hay mucha devoción por la santa de Casia: "Es secular aquí, viene gente de toda la isla y hay tanta devoción que muchas ancianas creen que es mallorquina, como la beateta". Las misas de hoy se están retrasmitiendo por facebook y Fray Jesús Miguel destaca que están teniendo mucho seguimiento .

Llega el momento de prepararse para dar la misa y el sacerdote se dirige a todas las personas que asisten a la celebración a través de las redes sociales: "Desde Mallorca, un trozo del paraíso, saludamos a todos los que no siguen por Facebook". La comunicación digital, un cambio más en el día de Santa Rita más atípico de los últimos años.