Una parte de los comerciantes del Mercado Municipal de Pere Garau ha reclamado mayores medias de seguridad y de higiene ante la pandemia de Covid-19. Un total de 25 empresarios de los 36 que tienen abierto su puesto han presentado una queja ante la dirección de estas instalaciones, en las que, además, reclaman abrir un nuevo acceso para evitar colapsos de clientes, aumentar el número de vigilantes para hacer cumplir la normativa, y dispensar gel desinfectante a quien entre allí.

Según dio a conocer ayer Pimem, buena parte de los empresarios de Pere Garau han comunicado su "preocupación" y "malestar" por lo que consideran la "inacción" y "falta de transparencia" de la dirección del mercado, en manos de Josep Bonnin.

Los socios del Mercado de Pere Garau, a través de la Asociación de Empresarios de los Mercados Municipales (adherida a Pimem), proponen cuatro medidas que esperan que sean atendidas por la presidencia del mercado y expuestas a la Delegación de Gobierno. En primer lugar, los comerciantes reclaman un informe técnico de sanidad, ya que el último se elaboró "varios años" antes de esta crisis, según explicaron. Otra de sus reclamaciones es que se habilite un nuevo acceso al mercado, ya que "actualmente, solo se cuenta con un punto de entrada y otro de salida. Cosa que crea confusión y en algunos casos colapso".

En su lista de reclamaciones también figura la contratación de un guardia más para vigilar el recinto y hacer respetar "mejor las medidas de seguridad". Por último, los firmantes de la queja piden dotar de guantes y de gel hidroalcohólico a los clientes a su entrada en el mercado.

Este escrito tuvo la respuesta ayer mismo del presidente del consejo de administración del mercado, Josep Bonnin, quien aseguró que estaba en "permanente contacto" con el Servicio de Mercados y los inspectores del Ayuntamiento, y que se habían adoptado todas las medidas de seguridad determinadas. Bonnin también aseguró que se había informado a los responsables de los negocios sobre el funcionamiento del mercado durante el estado de alarma.

Desde Cort, ayer se recordó que el acceso al mercado de Pere Garau se había restringido para evitar aglomeraciones y que los inspectores municipales acuden a las seis de la mañana para dar directrices a los placeros sobre el correcto funcionamiento.

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