El histórico llaüt El Único, estuvo a punto de acabar sus días en la hoguera porque su antiguo armador lo puso a la venta y no encontraba ningún comprador. La emblemática embarcación de madera, construida en 1921, se salvó finalmente por el amor al mar de la familia Amengual, de larga tradición marinera. Y tras ocho meses de restauración, en los que han tenido que construir una nueva quilla, ayer botaron la barca en el puerto de Cala Gamba y en breve la equiparán con un motor eléctrico de cuatro baterías que no hace vibrar el casco y no causa emisiones contaminantes en el Mediterráneo.
La navegación más moderna y ecológica -con permiso de su vela latina y remos- completará el llaüt casi centenario en el que antaño, cada 15 de agosto, era embarcada la Virgen del Remei para celebrar la procesión por la costa entre el Portitxol y el Molinar. Su nuevo sistema de propulsión de nueve caballos ha sido proporcionado por la empresa Ocean Observer a cambio de paseos a aquellos que quieran probar la sensación de surcar las aguas de la Bahía sin las características vibraciones de los motores de explosión.
"Cuando metes una barca de madera en el mar, es conveniente no encender el motor la primera semana, ya que la estropea, sobre todo si es vieja. Con esta nueva tecnología, irá mucho mejor", tal como explica Jaume Amengual, cuyo hijo pequeño, del mismo nombre, fue ayer el grumete de El Único. Los mayores, Mariona y Sebastià, son los armadores y él ha ejercido de mestre d'aixa para que el llaüt luzca como nuevo tras "decaparlo, calafatearlo, pintarlo y construir una quilla artesanalmente, con la ayuda inestimable de Manuel Martínez, porque la antigua estaba podrida y entraba agua", señala Jaume sobre una de las vicisitudes de la restauración, finalizada justo antes del inicio del estado de alarma.
"El 12 de marzo colocábamos la quilla -pintada de color azul- y dos días después comenzaba el confinamiento, por lo que no lo hemos podido botar hasta ahora", como añade el artesano náutico al regresar del paseo por la bocana del puerto de Cala Gamba.
La idea de Ocean Observer es crear una flota de embarcaciones propulsadas con estos motores para quienes piensen que "tras el confinamiento hay que volver al mar de otra manera", es decir, la que ya practican los Amengual, "una navegación tranquila" con la tradicional vela latina, a remo para salir del puerto y, a partir de ahora, con la electricidad de las cuatro baterías de El Único.
