La histórica fábrica de licores y conservas Can Roca Suau está a la venta. El inmueble protegido de la plaza Porta Santa Catalina es propiedad de la Sareb, el llamado banco malo, que tiene en su mesa varias ofertas para comprar este importante edificio, como indica la delegación territorial, que cifra en "varios millones de euros" el precio de adquisición. La finca data del año 1850 y mide 1.687 metros cuadrados de superficie construida para uso residencial, según especifica la información catastral. Señala además que en la actualidad está dividido en seis viviendas, seis almacenes, dos oficinas y un hostal, además de aparcamiento.
Durante las décadas de los 90 y 2000, el edificio fue conocido por albergar en sus bajos la popular discoteca Asai, que cerró la noche de Reyes del año 2008. Comenzó siendo la sala de música Trui, de la misma familia que ahora lleva la empresa de espectáculos de la isla, y desde sus inicios en 1978 "reunía a la gente melómana de la ciudad para disfrutar de la música jazz", como cuentan en su web. Después vinieron otros negocios nocturnos hasta que en 1989 se abrió la sala Asai. Tuvo que cerrar casi 20 años después obligada por la venta de todo el inmueble a una promotora inmobiliaria, que lo pretendía derribar para construir una finca con arcadas como las del lindante paseo Mallorca. Los intentos de demolición se fueron repitiendo en 2011 y 2015, fecha en la que el edificio cambió de propietario tras la quiebra de la promotora por la crisis.
Cada amenaza de la piqueta fue denunciada por la asociación proteccionista ARCAdenunciada por la asociación proteccionista ARCA, que al final logró su catalogación durante la pasada legislatura del Pacto en Cort por su valor arquitectónico e histórico de carácter industrial. Para la historiadora Apol·lònia Nadal, tiene importancia por ser una muestra representativa de la arquitectura urbana de mediados del XIX y el patrimonio industrial de Ciutat, ya que las dos plantas inferiores albergaban la pionera fábrica de licores y conservas y en las superiores se encontraban las viviendas burguesas, que todavía mantienen baldosas hidráulicas originales y una gran escalinata con barandilla de caoba, entre otros elementos constructivos y decorativos de la época, que se hallan en buen estado.
Ejemplo a seguir
La especialista en la industria de las islas durante los siglos XIX y XX explica en un libro sobre el tema que la fábrica de Bartomeu Roca Estades en Palma fue una de las más destacables, entre otras cosas por usar modernos recipientes y sistemas de conservación. Y de hecho, en la Exposición Universal de Viena, celebrada en 1873, ganó "una medalla de progreso por las conservas de carne", destaca. El industrial formaba parte de la burguesía ilustrada de Mallorca, que se preocupaba y cuidaba la presentación de sus productos, como reflejan los diseños de las etiquetas de la fábrica Roca Suau (inspirados en las corrientes artísticas europeas del momento), un cuidado que extrapoló al edificio ahora en venta.
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