Hace año y medio, el Govern y el Consell de Mallorca se comprometieron a autorizar la celda de amianto que Emaya ya tenía construida en Son Reus y que le permitiría dar salida a las 350 toneladas de tuberías con ese material tóxico acumuladas en Son Anglada y a los residuos de empresas de la isla. Esa autorización sigue tramitándose y la empresa municipal ha comenzado a enviar 17 toneladas a la península.

La crisis del coronavirus ha paralizado el último paso para autorizar esta celda. En octubre de 2018, las consellerias de Medio Ambiente del Govern y del Consell de Mallorca se comprometieron a buscar una solución, después de que este diario publicase que Emaya acumulaba unas 350 toneladas de tuberías con amianto desde hacía años y pese a contar con la celda ya acabada.

Un acuerdo próximo

"Después de muchas negociaciones entre la CAIB y el Consell ya se tiene el marco normativo para poder llevar a la celda de Son Reus todo este material. Ahora mismo faltan unos trámites administrativos como son la ordenanza fiscal de precios del CAIBConsellSon ReusAyuntamiento de Palma, explican desde el gobierno insular.

Por parte del Govern, también se asegura que la aprobación del Plan director de residuos peligrosos que tiene previsto aprobar el Consell de Govern dejará claras las competencias de cada institución, principal escollo por el que hasta ahora no se ha autorizado la celda de amianto.

El plan de contención del coronavirus ha aparcado otras cuestiones. Emaya ha aplazado la aprobación de la ordenanza fiscal para que empresas locales puedas llevar sus residuos contaminantes a esta celda. La empresa también ha aplazado aprobar la tasa de grafitis y la subida de la recogida de basura por la crisis sanitaria.

Las 350 toneladas de tuberías con amianto son centenares de tubos de diferente tamaño apilados en los terrenos de Emaya en Son Anglada. Se trata de tuberías similares a las que aún están instaladas en las redes de aguas, porque se utilizaron para ello hasta principios de este siglo.

Desde Emaya se aseguró hace año y medio que mientras estas tuberías no se manipularan no habría riesgo.

La alternativa a 'enterrar' esas tuberías en Son Reus era enviarlas a Valencia, operación que ascendería a unos 70.000 euros y que nunca se ha planteado hasta ahora, en que se ha retirado una pequeña parte.

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