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Puertos

El Contramuelle de Palma vuelve a sus orígenes

La remodelación de la zona de astilleros y de los pescadores albergará el Museu Marítim y recuperará vestigios de su histórica actividad industrial

Recreación del muelle de pescadores y el edificio de las arcadas, sobre el que se ubicará la nave de la exposición permanente del Museu Marítim.

Para el proyecto definitivo del Contramuelle, los arquitectos se convirtieron en historiadores y arqueólogos. Investigaron sobre el pasado de los astilleros y la lonja de pescadores documentándose con fotografías antiguas y libros del puerto y escuchando a gentes del mar con el fin de respetar al máximo la memoria de lo que fue la zona industrial y pesquera más importante de la isla. En su labor arqueológica, empezaron a quitar capas, añadidos, a los edificios y demás construcciones existentes. Querían recuperar la esencia para "poner en valor los vestigios que han llegado hasta nuestros días". La vuelta a los orígenes de la zona del puerto de Palma situada junto al muelle de pescadores, frente al Baluard de Sant Pere, empezará a ser una realidad a partir de 2021, cuando se inicien las obras del proyecto que Isla Architects está redactando actualmente.

Los profesionales Marta Colón de Carvajal y Juan Palencia, con el ingeniero de puertos Juan Torres, ganaron el concurso para ejecutar la propuesta constructiva de la remodelación del Contramuelle Mollet. El concurso de ideas de la Autoridad Portuaria, cuyo primer premio obtuvieron los arquitectos Pere Rabassa y Antoni Forteza, se concretaba en una segunda fase reservada a los tres galardonados. El jurado les pidió en esta ocasión que sus proyectos mejorasen las ideas presentadas en la primera parte del proceso y a dicho comité técnico le convenció, entre otras cosas, la aplicación de la filosofía de menos es más, "disminuir al máximo nuevas intervenciones", explica Palencia, como hicieron borrando del segundo proyecto un edificio con grandes arcos que idearon en la primera fase.

Además, al eliminar añadidos de las construcciones existentes para retornar a los orígenes, han conseguido recuperar la huella industrial de los viejos astilleros. "La Autoridad Portuaria pedía preservar el oratorio de Autoridad PortuariaSant Elm, como detalla el arquitecto.

Aprovechan la nave principal, situada en la primera planta del edificio de las arcadas, y amplían su extensión hacia los lados para convertirla en el espacio expositivo permanente del futuro Museu Marítim de Mallorca. El resto de naves de los astilleros sirvieron a Colón, Palencia y su colaborador, Nelson Fidalgo, para inspirarse en ellas y formar la otra pata de la V del esperado museo, "un nuevo hito en la ciudad", destacan.

El Museu Marítim

En las condiciones del concurso no se especificaba dónde ubicar este equipamiento público, pero los autores del proyecto titulado 'La mar es mi tierra' tenían claro que debían "potenciar el carácter identitario" del recinto, así como el oficio de los pescadores, que continuarán en el edificio de las arcadas. Para el museo pensaron que la mejor manera de otorgarle la relevancia que merece era que las embarcaciones allí expuestas estuviesen en el lugar donde se construyeron, los astilleros. En las rampas se situarán los barcos más antiguos, que deben estar en seco y de los que se está elaborando un catálogo para su protección. "Esta parte del museo será el patio, un recinto abierto de descompresión y en el que se pueden organizar actividades", tal como especifica Juan Palencia.

El único edificio proyectado es paralelo a la calle Contramuelle Mollet y "está formado por una sucesión de naves con cubiertas a dos aguas, como las existentes, y una volumetría desfragmentada, lo que permite crear dinamismo, marcar los diferentes accesos y ajustarse a los requerimientos programáticos", en palabras del arquitecto. Esto significa que la nave en la que habrá exposiciones temporales o la del salón de actos, por ejemplo, tendrán la cubierta más elevada que la de las aulas o la entrada al museo, debido a que lo necesitan. Este tipo de tejados no solo se inspiran en el ámbito industrial, sino que "también es una interpretación de los aleros de los tradicionales casales del casco antiguo, que dan cobijo a los paseantes".

La edificación contará con una cafetería-restaurante y una plaza elevada al final del Contramuelle Mollet, donde está el pantalán de San Pedro. El proyecto contempla "instalar uno flotante, colocado perpendicularmente al del Club Náutico de Palma. Además, se mantiene el espejo de agua de los actuales astilleros para aquellas embarcaciones del museo que puedan estar a flote y, en el lado externo del muelle, para buques escuela u otros barcos clásicos de hasta 140 metros de eslora.

Los autores tienen experiencia en proyectos museísticos tras su paso por el prestigioso estudio de arquitectura suizo Herzog & De Meuron y se están nutriendo del amplio bagaje del Museu Marítim de Barcelona para perfilar el de Mallorca. El programa educativo será una parte muy importante e incluirá el taller de mestres d'aixa y el de restauración de objetos museísticos, que se ubicarán en la planta baja y serán visibles por el público. En la primera estarán las aulas, la biblioteca y hemeroteca especializadas y el salón de actos, "que podrá ser aprovechado para usos externos". Los arquitectos han previsto "una versatilidad de usos con el objetivo de que pueda haber una explotación eficiente del equipamiento público", según destaca uno de ellos.

Los pescadores

La segunda pata de la V que forma todo el recinto -la edificación con los arcos protegidos- albergará en la planta superior la exposición permanente, acristalada y con vistas a la Catedral, el Baluard de Sant Pere, los jardines de Sant Elm y, en el otro extremo, la Bahía. Y la planta baja se destina a quienes la ocuparon desde su construcción en los años 50: los pescadores. Allí estarán los almacenes y oficinas de la cofradía de Palma, además de una cantina reclamada desde hace décadas por el gremio. El muelle de pescadores se abrirá a los paseantes "para dar visibilidad a su actividad, potenciarla y que la gente conozca que la historia de Palma no se puede entender sin estos profesionales", en palabras de Palencia.

La lonja del pescado también estará en dicha construcción, ya que el actual edificio se derribará para dar paso a una explanada desde la que saldrán los camiones que transportan las capturas. La nueva plaza podrá acoger eventos como mercadillos, cine a la fresca, conciertos con un escenario en el agua y la feria náutica, que ahora se celebra muy cerca de allí. Las obras empezarán por los jardines de Sant Elm, que contarán con más arbolado, un pavimento de plataforma única, fuentes, bancos y conexión directa con el paseo Marítimo para convertirse así en la puerta de entrada al futuro Contramuelle de Palma.

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