La restauración de la cantera Sa Garrigueta Rassa, en Establiments, sigue adelante, como obliga la ley, aunque habrá que ver si la promotora, Terral Holding 2005 S.L., realiza cambios en su proyecto. La empresa está estudiando las alegaciones a su propuesta y, por el momento, no aclara si lo modificará. Al mismo tiempo, los vecinos continúan con su campaña de sensibilización e intentando convencer a las instituciones que tienen voto en esta tramitación de que se debe reforestar este lugar, pero evitando voladuras y el trasiego de camiones transportando material que ellos aseguran que comportará el mencionado proyecto.
Terral Holding quiere restaurar la cantera, cerrada desde 2005, creando nuevas formas, para lo que prevé realizar voladuras, y rellenarla con 170.000 metros cúbicos de material extraído con esas explosiones y con el que aporten otras empresas, a las que cobrará por ello.
En noviembre finalizó el plazo de información pública del proyecto y de presentación de alegaciones ante la conselleria de Transición Energética. 36 en total, indican los técnicos, de asociaciones de vecinos, ecologistas, empresas, particulares, sindicatos y el Ayuntamiento de Palma, que emitió un informe desfavorable sobre el proyecto y el estudio de impacto ambiental, asegurando que "no concederá licencia de actividad para explotar nuevo material". También el Comité técnico de restauración comunicó en marzo de 2018 al Consejo de Minería, parte implicada en este procedimiento, su oposición a la explotación de material extraído de la cantera.
Hasta el próximo noviembre, según confirman los técnicos de la dirección general de Política Industrial y la propia promotora, Terral Holding tiene margen para contestar a las alegaciones y solicitar el envío del expediente completo a la Comisión de Medio Ambiente de Balears (CMAB), para que se pronuncie. Y en ese trámite está Terral Holding, asegura Jaime Fernández, director del proyecto. "Lo podríamos hacer hoy mismo [solicitar el procedimiento ambiental], pero lo correcto es responder a las alegaciones y a los informes de organismos, y una vez que se tenga todo eso, solicitarlo". "Llevamos dos meses estudiando y preparando las respuestas, queremos contestar todas las alegaciones", añade Fernández.
El responsable del proyecto de restauración de la cantera asegura que se ha interpretado mal la propuesta y se resiste a avanzar si se modificará y en qué medida. "Estamos agrupando las alegaciones por temas y viendo cuáles pueden llevar algún tipo de modificación", comenta Fernández. Lo que sí garantiza es que no se agotará el año de plazo para enviar la documentación a la CMAB: "No queremos dilatarlo".
En cuanto la Comisión de Medio Ambiente reciba esa documentación por parte del promotor, la de otras administraciones y las alegaciones, tendrá tres meses para analizarla. Un técnico de este órgano elaborará un informe que se trasladará al pleno de la CMAB, que redactará la Declaración de Impacto Ambiental. Ese informe y las prescripciones de seguridad minera estarán incluidas en la resolución de la Dirección General de Política Industrial.
Antecedentes
El Ayuntamiento de Palma decretó el cierre de esta cantera en mayo de 2005, en aquel momento propiedad de la compañía Readymix Asland, una clausura que refrendó el Tribunal Superior de Balears y el Supremo. Mientras Sa Garrigueta Rassa estuvo activa, los residentes en la zona de alrededor sufrieron temblores y grietas en sus casas e incluso la caída de grandes piedras sobre sus tejados, consecuencia de las voladuras.
En 2018, la actual propietaria solicitó a la CMAB un documento de alcance del estudio de impacto ambiental para restaurar la cantera. Es en ese momento cuando trascienden las intenciones de la empresa: desmantelar las instalaciones, acondicionar la superficie y retirar residuos, sanear los taludes y rellenar la pedrera, entre otras acciones.
Al año siguiente, la conselleria de Juan Pedro Yllanes sacó a exposición pública el proyecto de restauración, para sorpresa de vecinos y entidades ecologistas que desconocían su alcance.
Muchas de las alegaciones se basan en que el proyecto de restauración incluye una parte de explotación, de negocio encubierto con la venta de áridos extraídos previamente o después de las voladuras, también de los materiales allí acumulados, como silos, diferentes cribas y molinos para que sean utilizados en otras canteras. En las alegaciones también se recalca que la empresa cobrará a otros por el vertido de residuos inertes.
Para las distintas asociaciones de vecinos, que estudian constituirse en una plataforma de afectados y que se manifestaron el pasado octubre, la cantera "es una herida abierta en Mallorca". "Entiendo que se tenga que repoblar, pero hay maneras", apunta Llorenç Bauzá, presidente de los vecinos de Establiments. Asegura que no entiende cómo un Govern que apuesta por la Agenda 2030 "quiere realizar una destrucción".
Los 'afectados' llevan meses reuniéndose, o a la espera de hacerlo, con representantes de instituciones que tienen voto en la CMAB,al igual que quieren hablar con el presidente de la misma, Antoni Alorda, quien defiende que toda actuación debe estar ligada a la restauración. "No vamos en contra de nadie, pero sí a favor de los vecinos", sostiene Bauzá.
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