La ampliación del varadero del puerto de Palma, el proyecto de mayor envergadura actualmente en las islas, está movilizando a unos 200 autónomos y pequeñas empresas de reparación náutica contra la Autoridad Portuaria, ya que pretende otorgar a Astilleros de Mallorca la gestión directa de 125.000 metros cuadrados de los muelles comerciales, entre tierra y el espejo de agua. Supondrá el cierre de esta parte del varadero para acoger hasta 19 megayates de 60 a 120 metros de eslora frente a la Catedral.

Los afectados aseguran que si sale adelante la concesión, será la "sentencia de muerte" del sector, el segundo más importante de Balears y que solo en los muelles comerciales da trabajo a más de 3.000 personas. Por ello exigen al organismo estatal que convoque un concurso público para crear "un varadero abierto" en el que puedan trabajar todos, tal como señalan en un manifiesto.

La Autoridad Portuaria inició una competencia de proyectos a instancias de la empresa dirigida por Diego Colón de Carvajal para la concesión de dicha superficie de dominio público, en la que proyecta "construir y explotar un astillero con sistema de elevación de barcos para la reparación y mantenimiento de yates de esloras superiores a 60 metros", según el BOE del 8 de enero. Desde la APB detallan que "se trata de un proyecto de gestión centralizada, es decir, que la misma empresa se encargará de la izada, botadura y reparaciones, frente al sistema de la concesionaria STP, que da los dos primeros servicios mientras las reparaciones están abiertas a cualquier empresa".

Los 200 autónomos y pequeñas empresas que defienden el actual modelo de varadero destacan que "ha creado un importante tejido empresarial", debido a que "ha dado la oportunidad de crecer y crear miles de puestos de trabajo", por lo que proponen al organismo portuario estatal "tratar de llegar a un consenso que beneficie a la mayoría del sector, en este caso a las más de 600 empresas que hay censadas y realizan trabajos en la zona del Moll Vell", como explican en su manifiesto.

Una veintena de las empresas que exigen un varadero abierto preparan un proyecto alternativo al de Astilleros de Mallorca para evitar que haya una única oferta, pero lo que realmente quieren es que se tenga en cuenta su postura y se refleje "en las bases sobre las que debe licitarse la gestión de la explanada del Moll Vell". En su propuesta, reservan "una parte de las instalaciones a la formación profesional, una demanda histórica del sector con el objetivo de crear una cantera de mano de obra especializada".

El plazo de presentación de proyectos finaliza el 8 de abril y, según afirman desde la APB, la entidad portuaria "puede elegir una de las ofertas o convocar un concurso público. En cualquiera de los casos, el proyecto siempre es susceptible de modificaciones a causa de la aparición de nuevos condicionantes", especificaron tras conocer la movilización en marcha para que la explotación del varadero sea abierta.

Listas de espera

La explanada ocupada por STP abarca 130.000 metros cuadrados y allí se reparan yates de hasta 60 metros de eslora, aunque "la falta de más espacio está provocando listas de espera de cinco meses, ya que Palma es uno de los destinos preferidos en cuanto a reparación de barcos por el tejido industrial especializado que existe", según uno de los empresarios del sector. Concluye que el mantenimiento de megayates de hasta 120 metros de eslora requerirá de carpas de más de 50 metros de altura, por lo que "el impacto visual frente a la Catedral será tremendo".

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