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Los bordillos de piedra pertenecen al Ensanche

Los bordillos arrancados.

Palma no ha sido muy afortunada eligiendo el pavimento tipo de sus calles. Hace 60 años la acera se cubría con piedra redondeada, luego se cambió por baldosa gruesa estriada, a continuación, la que más ha permanecido, tipo tableta de chocolate y ahora un cuadrado liso que no entusiasma a nadie. La única parte de la acera que no mutaba era el bordillo de piedra, excepto cuando la ineptitud o la insensibilidad lo eliminaba. Y ese bordillo vale la pena.

Me contaba la gente mayor de Pere Garau que cuando sus padres hicieron sus viviendas allá por los albores del barrio, debían construir, al mismo tiempo que su casa, la acera de la calle. Es decir, que muchos de esos bordillos de piedra que llevan casi 100 años con nosotros en todo el Ensanche de Palma, los pusieron, y por supuesto pagaron, sus vecinos. En ese mismo barrio, en la calle en la que tengo mi tienda, hace unos 15 años vivía una señora muy viejecita en una planta baja. Cuando intentaron cambiar las piedras de la superficie que había ante su casa, allí estaba ella con su genio y sus argumentos "això ho he pagat jo i no se toca". Y allí siguen las piedras, además del bordillo, claro.

De todo eso me he acordado cuando he visto como han arrancado del barrio de Plaza de Toros esas piedras centenarias, de una caliza de aquí, extraídas a mano y ahora humilladas, relegadas y sustituidas. He paseado ante algunas casas antiguas de la calle Arquitecte Bennazar que ven cómo la modernidad inconsistente y autoritaria cambia oro por cachivaches y gasta nuestro dinero y nuestra paciencia. Duele ver ese surco del que se ha extraído un material noble y en que se quiere poner hormigón. Si hubiera muchas ancianitas como la de Pere Garau, otro gallo nos cantaría.

Todos los barrios de Palma, no sólo el centro, construyeron sus aceras con bordillo de piedra y ese es un rasgo singular, un detalle que nos da personalidad y una cierta categoría. Ya comenté una vez que el cambio de piel por skay o el de cristal por plástico, no resultó nada ventajoso. Es obvio que el cambio de piedra por hormigón tampoco lo es. Todo el mundo lo sabe aunque un inexplicablemente autoritario gobierno de Cort no lo quiere reconocer.

Parecía que esta discusión estaba superada. Cuando algunos de los partidos que ahora gobiernan estaban en la oposición, montaron un pollo junto a mucha ciudadanía indignada y se paró el expolio de bordillos del Pla Mirall y sirvió de escarmiento para no intentarlo en otros lugares. Parece que ahora que gobiernan se han olvidado. Pero muchas personas, con ARCA a la cabeza, tenemos memoria y aquí seguimos quizás más indignadas que entonces porque las mentiras, excusas y engaños no cuelan. Y nos gustan nuestros bordillos.

En este momento Cort está licitando algunos proyectos que mantienen los bordes de piedra en las nuevas aceras, por lo tanto es falso, como han argumentado, que no cumplan el código técnico. Caía por su propio peso ya que hacían creer que el bordillo era inseguro porque patinaba, pero al mismo tiempo afirmaban que lo reservaban para colocar en Centro Histórico. ¿Significa eso que el mismo material colocado aquí o allá patina o deja de patinar? ¿Y de verdad creen que hay suficiente Centro para colocar todo el bordillo del Ensanche?

No le gusta recibir críticas a quien gobierna, pero son necesarias. Y si las razones son de peso y se atienden, todo el mundo sale beneficiado. Rectificar está bien. Reconocer errores también.

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