La polémica está servida de nuevo. La concejalía de Infraestructuras del Ayuntamiento de Palma está cambiando los bordillos de piedra viva de las calles del Eixample de la ciudad y de las barriadas en las que se está actuando modificando las aceras y sustituyendo el pavimento por otros de hormigón.

Un ejemplo de esta política de sustitución de estos elementos que forman parte del patrimonio de la ciudad se está produciendo en estos momentos en las obras de renovación de las aceras y el pavimento de la calle Gaspar Bennàzar iniciadas por Infraestructuras el pasado 7 de enero, justo después de la festividad de Reyes.

Una de las primeras actuaciones de la empresa adjudicataria de las obras fue la eliminación de los bordillos de piedra para sustituirlos por otros de hormigón. Se trata de una actuación que se ha realizado en otras obras de vialidad y que, según la concejala de Infraestructuras del Ayuntamiento de Palma, Angélica Pastor, se va a llevar a cabo también en las demás obras de estas características previstas en otras zonas de la ciudad.

La decisión se ha adoptado por motivos de "durabilidad, estética y economía" de estos nuevos bordillos en relación a los tradicionales de piedra viva. La concejala asegura que los nuevos "son más resistentes", además de que son más acordes con los nuevos materiales que se utilizan en estos momentos para la ejecución del pavimento de las aceras.

Por lo que respecta a los motivos económicos, Pastor manifestó que un metro lineal de bordillo de hormigón cuesta a las arcas municipales 12,50 euros, mientras que la adquisición de un metro cuadrado de bordillo de piedra viva alcanza la cifra de 17,64 metros.

La misma actuación que se está realizando ahora en Gaspar Bennàzar ejecutará en las obras que Infraestructuras prevé iniciar en los próximos meses como las de General Ricardo Ortega, Rafael Rodríguez Méndez, en distintas calles del Rafal Vell y en Borgull o Llorenç Villalonga, entre otras, además de las que se incluyen en la planificación ordinaria de la mejora de la vialidad, como en la barriada del Coll den Rabassa o en Joan Gris.

Depósito en el vivero municipal

Según la concejala, los bordillos de piedra que se han ido retirando y los que ser retirarán como consecuencia de estas actuaciones se depositan en el vivero municipal o en los almacenes de la concejalía de Infraestructuras con el fin de que sean utilizados en las obras de estas características que se realicen en el centro histórico, de Avenidas hacia dentro. En esta zona de la ciudad se mantienen estos elementos de piedra por lo que cuando se necesitan se utilizan los almacenados en lugar de adquirir nuevos.

Antecedentes

La sustitución de los bordillos de piedra por otros de hormigón de distintas caracteríticas en el Eixample y las distintas barriadas de la ciudad ya se aplicó a principios del presente siglo con la ejecución de los proyectos incluidos en el denominado Pla Mirall, al igual que a finales de la primera década cuando se realizaron una serie de actuaciones de mejoras en distintas calles de la ciudad a cuenta del denominado Plan E.

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