Tras la denuncia ayer de la madre de Alba, una niña con parálisis cerebral que lleva ocho años esperando a que el Ayuntamiento le permita construir una rampa para acceder a su casa con la silla de ruedas, el Ayuntamiento de Palma mantuvo silencio.

El área de Infraestructuras de Cort no informó de si agilizará los trámites con el fin de cumplir con la Ley de Accesibilidad Universal aprobada por el Parlament balear hace tres años.

El inmueble en el que viven Teresa Torres y su hija Alba está situado en la calle Miquel Forteza i Pinya, en el Coll d'en Rabassa, tiene en su nterior una silla adaptada para llegar a la primera planta, a su casa, pero en el exterior hay un obstáculo casi insalvable que esta madre lleva ocho años intentado superar: seis escalones.

La rampa que permitiría a Alba entrar y salir al edificio en su silla de ruedas, sin necesidad de que su madre tuviera que cogerla en brazos, debería ocupar unos metros de acera, lo que supone un problema según el Ayuntamiento. "El edificio es privado, no cumple con la normativa de accesibilidad y no puede utlizar para ello parte del espacio público, sino que los cambios tienen que hacerse en la propia parcela", explicaron desde el área de infraestructuras, cuyos técnicos siguen buscando una solución.

"No es comprensible que tarden tanto tiempo", se lamenta. Ya lo denunció en Diario de Mallorca hace dos años tras seis de espera, cuando aún contaba con la ayuda de su madre, Concha, y de su hija Nerea, pero la abuela está muy mayor y la hermana de Alba vive en la península. Su último hilo de esperanza son los primeros pasos de la Mesa de Accesibilidad para lograr que una adolescente con parálisis cerebral pueda entrar y salir fácilmente de su casa.

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