La reforma del puerto del Molinar obliga a cerrar al tráfico desde ayer y hasta el final de las obras el tramo de la calle Vicari Joaquim Fuster situado frente a la infraestructura portuaria. Los coches se tienen que desviar por las calles Gràcia y Joan Nicolau Barceló, lo que provocó problemas el primer día, sobre todo entre los repartidores de mercancías, por la estrechez de las vías.