El centro municipal de protección animal de Son Reus consiguió el denominado "sacrificio cero" a lo largo del segundo semestre del pasado año. Se trata de la primera vez que se logra durante un periodo de tiempo prolongado no tener que practicar la eutanasia a ninguno de los perros sanos ingresados en el centro por falta de espacio.

Esta es la situación que el concejal de Medio Ambiente y Bienestar Animal, Ramón Perpinyà, quiere conseguir de forma permanente. Para ello, se debe continuar con la tendencia de los últimos años según la cual ingresan menos animales en el centro debido en buena medida a la mayor concienciación de la ciudadanía y, por otra, se produce un mayor porcentaje de adopciones.

De esta forma, se consigue que las instalaciones siempre dispongan de jaulas vacías, lo que facilita que los animales que tienen menos posibilidades de ser adoptados, como los potencialmente peligrosos, puedan estar más tiempo en el centro.

De hecho, según Perpinyà, en estos momentos, del centenar de jaulas para perros que dispone el centro solo están ocupadas 62 y la mayor parte de ellas (unas 40) por perros potencialmente peligrosos, que son los menos "adoptables".

Pese a que el año pasado se consiguió no sacrificar a ningún perro sano en el segundo semestre, a lo largo del año se practicó la eutanasia a ocho, todos ellos de razas potencialmente peligrosas o que habían tenido comportamientos agresivos y considerados inadoptables. Esta práctica ha sido decreciente desde desde hace más de una década. De esta forma, por ejemplo, en 2013 se sacrificaron 132 perros sanos por falta de espacio, en 2014 la cifra descendió a 72, en 2016 fueron 52, siete en 2o16, nueve en 2017 y seis en 2018.

A lo largo del año pasado entraron en Son Reus un total de 5.182 animales: 2.616 perros, 2.065 gatos, 194 aves y 307 ejemplares de otras especies, aunque 2.208 (un 42,6%) ingresaron ya cadáveres.

Si solo tenemos en cuenta los perros y gatos ingresados vivos durante 2019 en estas instalaciones, el número fue de 2.099, que es un 14% menor que en 2018.

Por lo que respecta a los perros, el total de mascotas vivas que ingresaron en el centro fue de 1.241, lo que supone un 15% menos que en 2018, continuando con la tendencia decreciente de ingresos de los años anteriores. Si se compara con la cifra registrada en 2013, el número de mascotas vivas recogidas por el centro municipal ha disminuido en un 37,82%.

Paralelamente al descenso del número de perros ingresados, también se produjo una disminución del número de adopciones en números absolutos, aunque porcentualmente se incrementó en un punto, ya que en 2018 se adoptaron el 52% de las mascotas ingresadas vivas y en 2019 el porcentaje fue del 53%.

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