De despropósito en despropósito y tiro porque me toca. Esta es la manera de gobernar que está demostrando el Ayuntamiento de Palma en los últimos meses. Especialmente en lo que tiene que ver con los comercios y la asfixia que está sufriendo el sector.

Lo diré claro para que se me entienda. Los comercios de la ciudad agonizan. Ya no pueden soportar más. Los empresarios del pequeño comercio estamos muy preocupados por el devenir de las decisiones que se están adoptando, los dependientes y resto de empleados están asustados porque se dan cuenta de que el siguiente paso será cerrar comercios o echar personal a la calle. Todos, unos y otros, saldremos perjudicados y no olvidemos el perjuicio que supondrá también para el público en general, porque verán disminuir la oferta comercial. En ese último eslabón, señores políticos, están ustedes, porque todos esos descontentos se traducen en votos. Aunque solo sea por eso, les rogamos que escuchen a Afedeco. No somos solo una agrupación, representamos a miles de comercios.

Se les conoce como los tres monos sabios y están representados en una escultura de madera que data del siglo XVI. Mizaru, Kikazaru e Iwazaru, los tres mamíferos que no ven el mal, no oyen el mal y no dicen el mal. Así es como dibujamos el panorama ante las decisiones que se están adoptando desde la Administración. Nos referimos en este caso a la fiebre por peatonalizar, pero también lo podemos utilizar para el futuro de las Galerías de la plaza Major, para el clima de descontento latente que hay en la zona de Pere Garau, la limitación de los cruceros o la limitación de las terrazas, por poner varios ejemplos. Hay muchos más y no nos cansaremos de reivindicarlos hasta que se nos escuche.

Hoy me quiero centrar en la peatonalización. Vaya por delante que los comerciantes no estamos en contra de dejar el centro libre de coches. Qué bonito sería poder pasear tranquilamente por las áreas comerciales de la ciudad en un entorno medioambiental saludable. Pero, como todo, no se puede empezar la casa por el tejado ni se pueden crear falsas expectativas sin tener arregladas otras cuestiones. Y no es que lo diga Afedeco, pregunten a cualquier empresario o trabajador del núcleo central de Palma si es buena solución prohibir la entrada de coches sin antes arreglar el problema de los aparcamientos. Pueden ir más lejos del centro y sondeen en Pere Garau. Una zona del extrarradio comercial que está sufriendo la improvisación de querer dejar la zona libre de vehículos pero sin realizar un estudio previo de cómo dar solución a las deficiencias de no tener un transporte público acorde al modelo de ciudad que se quiere.

Nuestra propuesta pasa por crear aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad, donde la gente pueda dejar sus vehículos, y desde ahí, poder acceder al centro con microbuses de manera ágil, rápida y asequible. Un transporte público con frecuencias y puntualidad.

Porque todo lo demás es favorecer al comercio de la periferia, ese que tiene grandes explanadas para estacionar los vehículos y encima son gratuitos. Una medida que va en contra de lo que dicen los políticos en campaña electoral. Todos se muestran favorables a potenciar el pequeño comercio pero, a la hora de la verdad, solo lo dejan agonizar y morir.

¿Que lo que se busca con la peatonalización es una ciudad sostenible? Desde Afedeco discrepamos porque es una contradicción que a pocos kilómetros de ese casco urbano se concentre de manera masiva todo tipo de vehículos, atascos y dificultades de movilidad. Reitero que nuestra postura no es ir en contra de la peatonalización pero sí de cómo se está realizando. Por tanto, peatonalización sí, pero por etapas y resolviendo los accesos a la ciudad y los problemas de movilidad. Ideen aparcamientos en Pere Garau, busquen soluciones consensuadas en las Galerías de la plaza Major y no se atengan a intereses de un partido u otro. Aquí, el único interés que debería prevalecer es el de los comerciantes que gritamos con angustia que, en este caso concreto, la solución no es precisamente la de dotar de más plazas de estacionamiento sino revitalizar la zona con proyectos que hemos presentado desde las patronales. No cometan, por favor, el mismo error de la calle Velázquez que, improvisación tras improvisación, hemos visto múltiples acciones administrativas, cambios de dirección, cierre de calles, zona ZAR? y un área emblemática y de mucha afluencia de público se ha convertido a día de hoy en una zona en la que por las tardes da miedo pasar. La antepenúltima medida fue peatonalizar parcialmente la calle y, para ello, se instaló durante más de un año una barrera azul de obra que "invitaba" a los turistas a no entrar porque se pensaban que la zona estaba en obras. Ahora quizá con algo de retraso se intenta remediar con la obra realizada. Los efectos aún no se ven. No va a ser fácil. Aquí, lo único sencillo es cargarse una zona comercial. Recuperarla es costoso en tiempo y sobre todo en dinero y las pérdidas de los pequeños empresarios que levantan su negocio son incalculables.

No hagan como los tres monos del mal y escuchen, dialoguen y vean lo que les está diciendo el sector. Porque solo con consenso se tiene a un pueblo contento.