Asun Ortiz, a la que todos conocían como Asun de Minim's, se ha ido en silencio. El pasado lunes falleció y un día después fue despedida en la iglesia de Sant Agustí, el barrio en el que vivía, por familiares y amigos en la más estricta intimidad. Tenía 74 años.

Asun, una de las agitadoras de la noche de Palma, persona carismática como pocas, llegó a Palma en los años 80, cuando la ciudad, recién estrenada democracia, vivió la etapa más divertida y canalla. Asun, nacida en Bilbao, y tras varios años en Barcelona (donde montó un restaurante, El Clandestino, y después trabajó en el Jona's, que alcanzó una estrella Michelin), se trasladó a Mallorca de la mano de Lourdes Sampol, Biel Mesquida y Pep Maür. "En la vida hay que cambiar y saber estar", dijo en una entrevista a este diario, nueve años atrás.

Ella fue quien apostó por el Jonquet desde un edificio que miraba de frente al mar, como miraba Asun a la vida, y abrió el Minim's, un guiño al Maxim's de París. Asun no sobrepasaba metro y medio de estatura, pero en su pequeñez contuvo toda la grandeza que puso en cada comida que hizo y en cada copa que sirvió.

Cocinaba porque le gustaba y porque "me da placer dar de comer a los demás", confesó. Uno aún se relame con el recuerdo de sus recetas genética vasca en una Palma que aún no se había lanzado a la gastronomía del norte. Aprendimos mucho del cabracho que Asun cocinó. Aprendimos a disfrutar de la vida y a reírnos de sus malas pasadas con ella, nacida en Bilbao, formada en Historia del Arte en Oviedo, y en Barcelona y después en Palma en la cocina.

Tras el restaurante de Minim's, abrió en Gomila su versión en un bar de copas. El Minim's recuperó para la zona el esplendor de otros años. Por allí se vieron a los de Peor Imposible, con Rossy de Palma y Fernando Estrella, dándole la vuelta al calcetín, y a las Diabéticas Aceleradas de sus inicios. La noche con Asun fue luminosa, delirante. Su hablar era descacharrante, y la risa alta y contagiosa. Palma tuvo también su pequeña movida en gran medida gracias a ella.

De verbo ágil, callejero, Asun se alió a la causa del "PSC; el Partido del Sentido Común" y desde él, se retrató: "Soy feminista, ¡toda la vida con el taladro!, y seguimos intentando subir las escaleras. Los hombres no evolucionan, se miran hacia dentro. No entiendo cómo no salen más hombres a la calle a manifestarse contra el maltrato. Es una imagen lamentable. Me preocupa que las mujeres maltratadas no denuncien más", dijo.

Los últimos años se retiró de la escena. "Me he vuelto diurna", decía. Después llegaría la enfermedad larga y dolorosa que la dejó muy callada. Hoy descansa y quienes la conocimos, quienes la quisimos, la recordaremos siempre. Ahora toca cuidar a su hermana gemela Teresa. Asun, descansa en paz.

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