Las cofradías de Sant Sebastià tenían claro ayer que, aunque la borrasca Gloria hubiese traído el fin del mundo, la fiesta no podía suspenderse. "Si llueve, cantamos bajo la lluvia". Y eso hicieron. Por supuesto, corearon al unísono la famosa Gloria de Umberto Tozzi y otras muchas en el chupinazo de Can Vinagre y el resto del día, pero la más repetida mañana, tarde y noche fue el himno de las más de 30 hermandades que inundaron Ciutat, La nostra festa és tot lo dia. El estribillo avisa de que "avui tot Palma y, pese a que las torradoras quemaron poco, los portadores del millar de pañuelos que llenaron de colores el casco antiguo lo dieron todo para que la Revetla fuese calurosa. Al menos, la suya, y lo consiguieron.

Estaban bien preparados para sortear las posibles embestidas del temporal de agua y viento, no solo por los chubasqueros, sino también porque el momento más destacado de la fiesta, l'Encontre de Confraries, tuvo bajo palio al protagonista, o sea, con paraguas. El singular brazo incorrupto de Sant Sebastià lo sujetaba desde el escenario, adonde subían de uno en uno los representantes de cada hermandad para arroparle con sus pañuelos y demostrarle que unidos han logrado organizar una celebración más popular.

La abarrotada plaza Llorenç Bisbal llegó al clímax con el ritmo del grupo sorpresa invitado, la Banda de Música des Migjorn Gran, muy conocida en Menorca y que ayer se estrenó a lo grande en Palma fuera del programa del Ayuntamiento. Empezó con una versión de Samba de Janeiro e hizo bailar al público siguiendo sus pasos, hasta que el director de la banda propuso una coreografía casi imposible de copiar. Se metió a los espectadores en el bolsillo, muchos de ellos ya desatados tras todo un día de jolgorio regado con alcohol y alimentos.

En las comidas de hermandad calentaron cuerpo y alma con los platos de puchero que sirvieron algunos de los restaurantes y el vino que corrió por las mesas. Los anfitriones en Oms, la Confraria de Sant Sebastià, comenzaron a desmadrarse en Molta Barra; los de Orgull Llonguet abarrotaron Sibil·la; la Salut se congregó en 100 Montaditos; Galàctica, en el Café Moderno; Tot lo Dia escogió la Casa Gallega; Germanes de la Gresca, el Cric&Croc; y Buenas Vistas Social Club, Ca na Rafi. En todos ellos, risas, selfis, fotos de grupo, vídeos y a compartirlo en las redes sociales con el hashtag #santsebastia2020.

Algunos tuvieron pinchadiscos tras la comida y otros charangas como Los Estupendos Burruños y Final Feliz, aunque las cofradías la Salut y Tot lo Dia optaron por el cuarteto Los Flanders -"somos tan buenos como el personaje de Los Simpsons"-, que quisieron rebautizarse como big band mini charanga extra. Las cofradías que los contrataron para animar los pasacalles tenían previsto sacar un ingenioso paso y hacer una performance, pero Gloria y otras circunstancias que no vienen al caso les obligaron a aplazar sus ideas hasta la próxima Revetla. Sí salieron el ya conocido paso de la Confraria con el santo vivito y coleando, el arcángel de Sant Miquel dels Perduts, el dimoni de Caliu, el de Maura de 10 y el nuevo de Ous amb Caragols, una hermandad que celebró su propio pregón y chupinazo con la actriz de Mai neva a Ciutat Maria Bauzà. Los de Cristonpèl Taronges Navel -tuvieron en mente denominarse Sant Judes Bandarra- y Sa Mulassa aún carecen de paso, porque es su primer año, aunque han empezado con fuerza y más de medio centenar de cofrades cada una.

El chupinazo

Hacia el mediodía, todos ellos se congregaron en la calle Oms para asistir al chupinazo por excelencia de las fiestas. La presidenta de la Confraria, Kika Coll, dio las gracias a quienes ayudan a que esta Revetla sea todo un éxito, incluidos "los abuelos, abuelas, vecinos, etc. que hoy cuidan de los niños"; y pidió permiso a Mateu, dueño del bar Espanya-Antic Can Vinagre, para dar el sus. Desde el balcón, el 'pregonero' advirtió de que en este mundo que ahora se acaba con la borrasca Gloria ha "visto cosas que no creeríais", por ejemplo "una pista de pádel en la Serra, Greta Thunberg comiendo un bocadillo envuelto en papel de aluminio, un oso polar comiendo sushi en Marineland o el Mallorca ganando", un guiño a la goleada de ayer. No faltó el pin parental ni "Airbnb alquilando el balcón de arriba por 1.000 euros", para quien quisiera disfrutar casi tanto como los cofrades de Sant Sebastià.

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  • El Encontre de Confraries de Sant Sebastià es declarado de interés público municipal
  • La borrasca Gloria no impide el chupinazo de la Confraria de Sant Sebastià

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