Sant Sebastià Petit volvió a ser un éxito de participación [vea aquí las imágenes]. El flujo de familias con niños pequeños que se adentraban en el parque de sa Riera fue continuo. Los padres se armaron de paciencia y formaron colas para que sus hijos pudieran jugar en las distintas actividades montadas para ellos.

En Joan Petit quan balla y otros clásicos de la animación infantil se escucharon este domingo en el parque de sa Riera. Eran una apuesta segura entre los más pequeños, que demostraron su desvergüenza y ganas de pasárselo bien siguiendo todos los bailes.

A lo largo del parque se distribuyeron escenarios y áreas de juegos. Bambú Circ les ayudó a iniciarse en números circenses: desde caminar sobre un delgado tronco (a escasos centímetros del suelo) a suspenderse sujetos por telas para aprender unas acrobacias básicas. Hubo zancos, aros y platos chinos con los que probar sus habilidades.

Un poco más allá, el mago El Gran Cassanyes despertaba las risas de los niños, divertidos ante la hilarante torpeza del artista, que se caía una y otra vez sobre el escenario.

Los grupos Trencaclosques, Mel i Sucre y Flop va al Circ entretuvieron a niños y padres, que también tuvieron que participar en las coreografías.

El Drac de na Coca y los Gegants de la Sala demostraron que pueden competir con otras atracciones. Situados en una de las entradas del parque, todos los que pasaban junto a ellos se acercaban para verlos más de cerca y tocarlos.

Marionetas, el espectáculo de Boverins, un tiovivo ecológico (movido a pedales) y los talleres para elaborar slime, pintarse la cara o aprender trucos de magia consiguieron atraer al público infantil, el mismo que inspeccionaba con curiosidad el camión de bomberos o uno de los nuevos buses de la EMT.

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