La ciudad es la casa de los ciudadanos. Es donde tienen su hogar y donde conviven con otros vecinos en calles , zonas verdes, equipamientos, escuelas, plazas, edificios, etc. También para muchos es el lugar donde trabajan o donde tienen su negocio. Para todos es importante que la ciudad mejore, y si es posible, que destaque por encima de lo que esperamos.

Para ello no solo es imprescindible la buena voluntad y el cuidado de los que vivimos o trabajamos en Palma, sino que también es muy importante que el Ayuntamiento y las otras administraciones que tienen su sede en Palma, que hay muchísimas, quieran mejorar la ciudad. A todas ellas les exponemos nuestros primeros 20 deseos para este año que empieza, con la esperanza de que acabe mejor.

Primero, no se puede esperar más para regular la llegada de megacruceros a no más de uno al día. Es necesario para bajar la contaminación de la bahía de Palma y para salvar el centro histórico. Como tampoco puede esperar más la peatonización del centro de Palma, ya queda poco y hay que rematar una larga tira de medidas que los últimos años se han implantado. Esperamos también ver menos coches en el paseo marítimo, con las obras que deben realizarse, ya que nunca deberíamos haber convertido el paseo marítimo en una autopista.

Necesitamos poner el foco a nuestro Ensanche con nuevas ideas y nuevas iniciativas. El Ensanche ya es una parte histórica de la Palma. Lleva 120 años creciendo y ya es hora de mejorar sus viviendas, sus calles, sus plazas y su circulación. También queremos ver como empieza la recuperación del Terreno para sacarlo del abandono y la desidia de muchos años, después de aquellos años dorados. Y también hay que empezar a recuperar el barrio de la Lonja para los vecinos y para los ciudadanos del Palma y de toda Mallorca, abriendo los edificios históricos a usos culturales y poniendo orden al sector comercial y hotelero para que todos salgamos ganado.

Otro deseo urgente y muy mayoritario de los ciudadanos es parar la subida de los precios de alquiler de pisos. Los últimos años no han parado de subir. Esperemos que este año se frenen y en los próximos bajen, debido a una nueva política de vivienda que se está poniéndose en marcha. A pesar de lo repetitivo, deseamos que la ciudad esté limpia de una vez, que la basura deje de ser una pesadilla para muchos ciudadanos, para los trabajadores de Emaya y para los políticos. Nosotros debemos conseguir ensuciar menos y no hacer pintadas vandálicas.

También deseamos que este año empiece a disminuir la presión turística que atenaza y satura la ciudad durante muchos meses. Con ello seguramente podremos también disminuir los ruidos nocturnos de muchos sitios de la ciudad, y que tan empeño le pone la defensora del ciudadano. También servirá para recuperar las plazas públicas, frenar la banalización comercial, así como parar la desaparición de los edificios y comercios antiguos.

Otros deseos fáciles de conseguir son descentralizar las fiestas y los eventos del centro antiguo a otras partes de la ciudad, para así dar juego a otros comercios. En las fiestas y los fines de semana hay que controlar el robo de bicicletas, que se ha disparado.

Los ciudadanos de Palma nos merecemos unos servicios públicos más ágiles y más amables. Tenemos que sentir que los taxistas y los policías deben tratarnos bien, a ver si se toman en serio que somos los que pagamos sus sueldos.

Por último dos deseos más. Que los políticos se centren en la gestión de sus ideas, ya que parece que son buenas pero después no se materializan o lo hacen de manera que no se reconocen. El último: no dejar a las personas mayores aisladas de la sociedad. En sus casas, sin nadie que les vaya a ver o que les ayude.

¡A ver si entre todos los vemos crecer hasta hacerse realidad!

* Secretario de Palma XXI