La autovía de Llevant dejará de ser este mes una vía rápida para reconvertirse en una urbana, el llamado bulevar de Llevant. Las obras finalizarán con el asfaltado de la calzada, que continuará con tres carriles por cada sentido, y el ajardinamiento de la mediana y los laterales, ya que el resto de los trabajos han concluido. Durante la próxima semana, del día 13 al 19, la víspera de Sant Sebastià, está previsto pavimentar el tramo de calzada en sentido Palma y la siguiente se hará lo mismo hacia el aeropuerto, según informó el departamento de Carreteras del Consell de Mallorca.
El asfaltado de los 850 metros lineales objeto de la reforma se llevará a cabo por la noche y de madrugada para interferir en la circulación lo mínimo posible. Los automóviles que transiten la próxima semana en ese horario en sentido la ciudad se desviarán por la calle Brotad, que se abrirá de forma puntual para ofrecer una alternativa a los conductores. El tramo afectado transcurre desde el torrente de na Bàrbara hasta la confluencia con la calle Manuel Azaña, por lo que los vehículos desviados llegarán hasta allí por la calle Felicià Fuster, paralela a la vía recién reformada por detrás del Palacio de Congresos.
La autovía hace tres años, con la mediana más estrecha, los carriles más anchos y sin paradas de bus. M.F.
Cuando finalicen las obras de pavimentado, Brotad será abierta definitivamente y servirá como calle de salida del barrio de Nou Llevant hacia el bulevar, al revés que Puerto Rico, que ya se utiliza para entrar en la ciudad sin tener que pasar por el saturado frente marítimo, que soporta un tráfico con una intensidad media diaria de 70.000 vehículos. No obstante, el nuevo acceso solo servirá para girar hacia el centro por primera línea, pero no hacia el aeropuerto y el inicio de la autovía.
En principio, la apertura de Brotad se iba a hacer a finales de noviembre, pero se ha retrasado "por recomendación de quienes realizarán el ajardinamiento con el objetivo de que las plantas y el césped arraiguen bien", tal como explicaron desde Carreteras del Consell. Prevén lo mismo para la mediana y los laterales del resto del bulevar, por lo que durante las próximas semanas los operarios de jardinería convivirán con los que darán los últimos retoques a la remodelación.
Las obras, que han costado 1,2 millones, suponen la reducción de los carriles de 3,5 a 3 metros de ancho cada uno, la ampliación de las zonas ajardinadas, la mejora del drenaje y la red de alumbrado, la incorporación de dos paradas de autobús y la pacificación del tráfico con más semáforos.
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