El encuentro en Ses Voltes donde se interpreta L'Adoració dels Tres Reis d'Orient de Llorenç Moyà, cumplía su 35 edición [vea aquí las imágenes. Por petición popular, la función arrancó media hora antes de lo normal, a las 11:30 en lugar de a las 12 (son muchos los que ayer tenían comida familiar y el nuevo horario permitía no llegar tan tarde). Quizás por este cambio de hora, el goteo de espectadores fue más lento. La afluencia de público fue más discreta que otros años. El vestuario, que diseñó Rafa Pizarro junto a Margalida Bonet, denunciaba las pintadas que ensucian Palma y que destrozan las fachadas de la ciudad.

La de ayer fue la adoración de las reinas, y no tardó en llegar la primera morcilla, que salió de la boca de la maestra de ceremonias Yolanda Trigo: "Ya era hora que las queer gobernaran esta fiesta". Así, la escritora, investigadora y crítica literaria Rosa Planas interpretó a Melchor; Eva Pomar, que encabezó la lista de Ciudadanos al ayuntamiento de Palma en las pasadas elecciones municipales, fue Gaspar; y la técnica de Deportes de Llucmajor, Popi Matas, encarnó a Baltasar.

El papel del rey Herodes, uno de los más intensos y de los que requieren más concentración, lo defendió el panadero Tomeu Arbona, que se reivindicó como gran actor y demostró, con su fuerza y compromiso, que podría ser el monarca de cualquier territorio. Los criados de los reyes, como es habitual, son los personajes más divertidos y pueriles, y los encargados de interpretarlos fueron Mariló Garriga, Marcos Augusto y Alberto Rosauro; fueron de los que más hicieron reír al público. Una pareja que también funcionó fue la que formaban Joan Pau Jordà como mayordomo de Herodes y el senador del PSIB-PSOE Cosme Bonet, quien tuvo que sostener una cartulina que le entregó Jordà en la que se podía leer Llibertat presos polítics. Por la cara que hizo, el socialista no sabía nada de lo que ponía la cartulina. Este fue uno de los momentos que provocó más aplausos y risas entre el público.

Un año más, el feminismo fue uno de los temas más recurrentes de las morcillas; no faltó el panorama político (lo cel perdrá claredat, ben igual que el panorama polític que tenim, cantó una cómoda y traviesa Sibil·la, interpretada por Gemma Palà, actriz, payasa y compositora) y el debate de investidura (això fa més agrura que el debat d'investidura, se escuchó). No obstante, este año también tuvo una presencia significativa la lgtibfobia (l'assetjament el vaig conèixer de petit, i no per negre, sino per lgtbi; i si una cosa tenc clara, és que el masclisme i l'homofòbia maten, verbalizó el criado del rey Baltasar). Al final, también apareció el tema de los refugiados. Fue la soprano Marta Serra, que encarnaba a María, que con su bebé en brazos lamentó: "No hi ha país que als estrangers sense dobers els obri el seu port". Greta Thunberg y Thomas Cook también tuvieron su momento de gloria en una representación en la que no parecía haber mucha coordinación con las morcillas. Aparecieron, también, Oriol Junqueras, Santiago Abascal, Inés Arrimadas, Francina Armengol y José Hila, entre otros políticos.

Uno de los momentos más distendidos fue durante la aparición de los demonios (el fotógrafo Miquel Julià y el cocinero Pau Navarro). Irrumpieron en escena en tándem y repartieron chucherías al público. No hablaron mucho: imitaron el tra tra de Rosalía y recogieron del suelo a un triste Herodes con el que querían hacer burballes. Lo suyo es el show.

L'Adoració acabó con el portavoz de los pastores, Ángel Urraca, afiliado de la ONCE, reivindicando un mundo inclusivo para todos y denunciando que no todos los espacios públicos estén adaptados a las necesidades de todos los ciudadanos. Y recordó que "no hay discapacitados, es la sociedad que nos incapacita".

Además de los que se han mencionado, participaron en L'Adoració, dirigida un año más por Bernat Pujol, la colaboradora de Diario de Mallorca Àngels Fermoselle en el papel de general; María de las Mercedes Celeste y Enric Pozo como doctores de la ley; Aina Frau como ángel; Tòfol Sastre como Sant Josep;y Laia Matas en el papel del niño Jesús.