Los mallorquines se han vuelto prevenidos. La cita con sus Majestades era a las 18 horas en el Moll Vell, pues una hora antes cientos de ciudadanos ya estaban arrimados a la vereda del puerto para ver la llegada en primer plano. La digestión se hizo esperando a los tres de Oriente en la tarde noche más larga del año.

Fundidos en los anaranjados del atardecer, los Reyes Magos desembarcaron en el puerto tras una travesía apacible a bordo del Rafel Verdera, el velero en activo más antiguo de España. Nada más divisarlos en el horizonte, los aplausos y vivas se mezclaron con las fanfarrias de las carrozas que también esperaban que Melchor, Gaspar y Baltasar se subieran para iniciar la cabalgata.

Los niños que fueron saludados, aquellos que recibieron un apretón de manos de alguno de los Reyes, no daban crédito: ante sus ojos alucinados los esperados Reyes de Oriente se hacían de carne y hueso. Algunos pequeños lloraban porque no consiguieron la caricia real. No había tanto rey para tanto crío. Sí caramelos, los reyes de la fiesta, con permiso de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Los críos volvieron a ser regalados con caramelos sin gluten que iban cayendo como serpentinas desde lo alto o a puñados desde las 21 carrozas que este año se han vestido de estaciones. Algunos pequeños se saltaron las lindes de seguridad pero en seguida, los padres fueron a por ellos. Los nervios se paladeaban entre los dulces. Este domingo se repartieron más de 7.500 kilos de caramelos sin gluten, de los que 1.000 tampoco llevan azúcar.

Entre las carrozas, la que representa el invierno en un desfile que escenificó las estaciones del año, cada vez mas desvanecidas por el cambio climático. El unicornio blanco presidió la carroza invernal patrocinada por Diario de Mallorca y C&A. Le acompaña la muy bailona comparsa de búhos.

El centro de la ciudad se echó a la calle para ver a los bíblicos personajes, y en una ciudad de reclamo turístico se confundieron los residentes extranjeros para hacerse selfies en una de las celebraciones cristianas de mayor arraigo en España. Pese a la competencia de Santa Claus, no hay niño que no espere la llegada de los Reyes Magos.

La imaginación de algunos padres con dolor de cervicales de aupar a sus pequeños se saltó el civismo. Algunos auparon a sus hijos sobre los lavabos portátiles. Desde lo alto se divisaba a los Reyes como ídem.

Tragafuegos

Entre las carrozas más vitoreadas, la que portaba al más querido de los reyes, Baltasar. A pie de calle, el tragafuegos prendió un desfile que circuló por Antoni Maura, el passeig del Born, plaza de Joan Carles I, la calle Unió, la Rambla, Bisbe Campins, Rubén Darío, Passeig Mallorca, Jaume III hasta alcanzar el Casal Solleric, desde cuyo balcón se asomaron a saludar los Reyes Magos.

Los integrantes de Stop Desahucios luchan por encontrar cobijo a los desahuciados. Aprovecharon el desfile real para seguir con su campaña de recogida de firmas en la que piden una alternativa para Óscar Kacper, desahuciado junto a su familia, el pasado 10 de diciembre. Oscar, de 17 años, asistió a la Cabalgata con su silla de ruedas, acompañado de las personas que le apoyan en su lucha que es más que un deseo a los Reyes Magos. Desplegaron la pancarta en la que se leía: "Alternativa para Oscar o dimisión de Neus Truyol".

Anecdotario

Recoge caramelos: Hubo muchos niños que portaban bolsas de plástico para guardar el botín de los caramelos.

Dolor de cervicales: Los padres suelen acabar con dolor de cervicales por aupar a sus hijos para que vean los Reyes. Algunos lo solucionaron subiendo a los niños al techo de los baños portátiles.

Stop Desahucios: El grupo de Stop Desahucios recogió firmas y desplegó su pancarta reclamando parar el desahucio a Oscar Kapcer, presente en la Cabalgata, o la dimisión de la regidora Neus Truyol.

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