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Entrevista

Helena Montes Paniagua: "Una ciudad debe cuidar su extrarradio y Palma no lo ha hecho"

La arquitecta es socia del equipo CMV desde sus inicios. Han abierto sedes en Barcelona y Vietnam

Helena Montes nació en Cáceres pero lleva más años en Palma, "una ciudad que amo". guillem bosch

Helena Montes Paniagua -Cáceres, 1973- no se crió en un ambiente de planos pero sí de líneas. Heredó de la rama materna la facilidad para el dibujo, su madre incluso es escultora, pero con inclinación hacia medicina o alguna ingeniería, acabó estudiando arquitectura. Es socia del equipo CMV, un despacho de arquitectos creado por Andreu Crespí y Pep Vich desde finales de los noventa. La familia ha crecido y ya con Tolo Cursach y Lluís Escarmís son cinco los socios. Ella es la única mujer. "Me tratan muy bien", sonríe. Con sedes en Palma, Barcelona y Vietnam, "Brasil está en un momento delicado", apunta, tienen casi sesenta personas trabajando en el estudio en un sin fin de proyectos, entre los más significativos, el de viviendas de lujo en Nou Llevant, Eivissa, hoteles en Valencia, Lanzarote y en Asia.

De Palma, "ciudad que adoro", echa en falta "que no haya sabido cuidar su extrarradio". Y lamenta "la falta de edificios contemporáneos destacables".

P ¿Y el palacio de Congresos, al que el palacio de Congresosgrupo Meliá

R ¡Nadie se desplaza a Palma para ver el Palacio de Congresos! Como arquitectura es fantástico pero los materiales elegidos para un edificio que está frente al mar son dudosos, aunque lo más dudoso es la situación: un palacio de Congresos delante de una autovía, cuando debería respirar.

P CMV firma el proyecto de vivienda de lujo en Nou Llevant. Vistos los precios de las promociones

R No lo creo. A los extranjeros les gusta el centro. No tengo bola de cristal, y como todas las intervenciones en el exterior llevará su tiempo. Era de esperar que sa Gerreria se acabase desarrollando, pero ha costado muchos años integrarla en la ciudad.

P Con un proceso de gentrificación aparejado que, entre otras consecuencias, se ha comido el tejido comercial.

R El pequeño comercio está desapareciendo. Amazon se lo está cargando. Es algo irrefrenable. El centro de Palma estaba muerto, y ahora gracias a que algunos inversores se han atrevido a apostar por él, por supuesto con intención especulativa porque se busca un beneficio económico, está vivo. Palma ha cuidado su centro pero no su extrarradio, y una ciudad es algo más que su casco histórico. Yo, soy una enamorada del centro de la ciudad, pero las afueras reclaman atención.

P Entre sus obras laureadas, la reforma del hotel Sant Francesc y el Posada Terra Santa. Cualquier viejo casal es susceptible de mudar a hotel.

R A partir de la crisis de 2008 se paró la nueva construcción y se potenció la rehabilitación pero era un cambio necesario porque en Palma había mucho inmueble cerrado, deteriorándose, y eran preciosos. Gracias a esos inversores que creyeron en el centro, se ha embellecido el casco histórico.

P ¿Qué opina de la moratoria de hoteles del Ayuntamiento?

R ¡Me parece un error! Palma vive del turismo.

P ¿No hay saturación turística en Palma?

R ¡Sí la hay! Lo que no me gusta de Palma es el turismo de masas porque se carga la ciudad. ¿Cómo controlas esto? Imagino que controlando la oferta. Los cruceros son una bomba expansiva que se expande por la ciudad y no a beneficio de ella precisamente.

P ¿Cuál es el sello del equipo CMV?

R Es capaz de resolver cualquier tipo de intervención, tanto obra nueva como no; nos adaptamos al cliente, a las premisas del lugar, pero si hacemos edificios de nueva planta, es arquitectura muy contemporánea. Los cinco primeros años fueron muy duros. En el 99 llegó el primer encargo grande; a raíz de eso empezó el salto pero no hablo de éxito sino que se debió a trabajo puro y duro. ¡Que naciera mi hija me salvó la vida, porque no tenemos ni fines de semana! Pero me encanta mi trabajo.

P Cuatro hombres y una mujer. ¿CMV no es muy paritario?

R A la hora de trabajar, somos todos equipo. Intercambiamos las maneras de enfocar las cosas, que son distintas entre hombres y mujeres. Ellos son menos pacientes, pero no sé si va ligado a la forma de ser, la educación, la testosterona. Su energía es distinta a la de las mujeres que es de largo recorrido mientras que la masculina es impetuosa. Pero se complementan. Al final el proyecto es una suma, es trabajo en equipo.

P ¿La rutina no la ha rozado en estas dos décadas de trabajo en el mismo despacho?

R La pasión sigue ahí aunque cada vez es más difícil hacer buena arquitectura porque las administraciones complican las cosas, la parte económica no ayuda. Hoy en día sí que hay promotores cuyas premisas fundamentales son ganar dinero. Eso va en contra de la arquitectura.

P ¿La demora en conseguir licencias es el talón de Aquiles del oficio?

R (Suspira) En Palma puedes estar casi un año esperando que te la den, y esto paraliza la evolución constructiva y la inversión. Gente que confía en Mallorca para invertir y no lo pueden hacer. ¡Están atónitos!

P ¿Han perdido clientes por esto?

R No, pero se complica el proceso, la relación. Es increíble que se tarde más en conseguir la licencia que en construir la obra. El gremio está cansado! Antes era más fácil.

P ¿El color político tiene que ver?

R (Sonríe) No es responsabilidad de los técnicos, ellos también acusan esta morosidad. Creo que falta personal porque hay colas de expedientes. No es bueno para nadie.

P Se habla de crisis. ¿Lo notan?

R Por ahora no estamos notando nada. Nuestros proyectos son largos.

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