Can Serra se va degradando cada día un poco más sin que haya un plan decidido para recuperarlo. La fachada del histórico edificio, propiedad del Ayuntamiento de Palma y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), se está degradando de manera evidente con los cascotes caídos de su muro.

Unas vallas del Ayuntamiento acotan parte de la fachada de la casa gótica en la calle de la Gerreria, justo donde un trozo del muro se ha caído y permanece sobre la acera.

Si Can Serra ya mostraba su abandono desde hace años, la degradación de la estructura principal, que data de los siglos XIII-XIV, es mucho más visible ahora, con una hendidura más profunda en el muro y el material desprendido allí mismo.

La rehabilitación de Can Serra debe abordarse este año, según confirmó a este diario la coordinadora de Cultura de Palma, Francisca Niell, el pasado mes de septiembre. En el momento en que se haya decidido cuál será su futuro, apuntaba en ese momento Niell, el Ayuntamiento deberá recurrir a fondos procedentes de la ecotasa o de la ley de Capitalidad, aportación del Govern que este año será nula.

Can Serra es propiedad de Cort desde 2005. En 2010 se encargó el proyecto de rehabilitación con la intención de dar uso al conjunto de edificios junto a la plaza Quadrado (la casa gótica y los inmuebles anexos), en el que se planteó la posibilidad de que hubiera un museo. El presupuesto de esa rehabilitación ascendía a siete millones de euros. Diez años después, la propuesta no se ha llegado a materializar y Can Serra permanece cerrado a cal y canto.

Desde 2003, cuando era propiedad del Govern, un gran armazón metálico interior asegura la estructura. Los refuerzos son visibles desde el exterior, en la misma fachada que se está descomponiendo. La rehabilitación de Can Serra requerirá invertir no solo una elevada suma de dinero, sino años de trabajos, entre cinco y ocho, según las estimaciones del departamento de Cultura.