Palma cuenta con siete caminos escolares seguros que benefician a solo 13 de los más de 90 colegios de Infantil y Primaria repartidos por el término municipal. En estos momentos, pese a que desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) de Mallorca se asegura que ha habido nuevas solicitudes y que se quiere retomar esta cuestión, el Ayuntamiento no tiene en estudio nuevas rutas para los escolares, según ha confirmado a este diario.

Solo cinco colegios de Son Gotleu, el de Can Capes, Son Pisà, Santa Magdalena Sofía, Els Tamarells, Son Serra y tres centros de Santa Catalina tienen esas rutas señalizadas y seguras para que los escolares puedar ir y volver de la escuela caminando. El primero fue el de Son Gotleu, inaugurado en el curso 2014-2015 y el último el de Santa Catalina, en 2017, cuando Palma tramitaba conseguir el sello 'Ciudad amiga de la infancia' de Unicef. Desde hace dos años, no se ha añadido ninguno más, pese a que se había anunciado que estaban pendientes de realizar los de Son Espanyolet, La Soledat Sud y Sant Jordi.

Pese a la existencia de estos caminos, desde FAPA critican que el Ayuntamiento ha señalizado los itinerarios, pero no ha fomentado su uso, por lo que la mayoría de familias desconocen que existen. "Lo más importante es que se dinamice", asegura Miquel Àngel Guerrero, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos.

El problema a la hora de incrementar el número de caminos escolares, explica Guerrero, es que "hay diferentes competencias mezcladas que lo dificultan", ya que en el Ayuntamiento las peticiones son valoradas por Movilidad e Infraestructuras, además de por Educación. La federación de padres considera que el área de Modelo de Ciudad sería la más adecuada, por tener una visión global de la situación.

La necesidad de ampliar la seguridad vial en torno a los colegios se planteó durante la pasada legislatura tanto ante el Consell Escolar de Palma como ante el Ayuntamiento. Tras las últimas elecciones municipales, FAPA ha insistido al nuevo concejal de Educación, Llorenç Carrió, para que impulse esta cuestión.

Vianants en Lluita y FAPA Mallorca también pidieron en febrero que se limitase a 20 kilómetros por hora la velocidad en las zonas de colegios, medida que junto a otras actuaciones para pacificar el tráfico "generaría confianza y facilitaría que el camino a pie a los centros escolares fuera una opción segura para las familias".