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Entrevista

Blanca Castaldo Suau: "No derribaría sa Feixina igual que no quemaría los archivos de Salamanca"

La profesora de Diseño por ordenador en la Escola d'Art organiza un ciclo sobre el arquitecto Ferragut

Blanca Castaldo da clases de Diseño asistido por ordenador en la Escola d'Art Superior. B. Ramon

Blanca Castaldo Suau -Sóller, 1967- se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y se especializó en Diseño Multimedia, en aquellos años un territorio masculino en el que, según admite ella, "nunca sentí discriminación". Imparte clases de Diseño asistido por Ordenador en la Escola Superior de Disseny de les Illes Balears y como integrante de Arca ha organizado la exposición y conferencias sobre el arquitecto Josep Ferragut que se están llevando a cabo estas semanas. Además, es la autora del informe que defiende mantener el muy cuestionado monumento de sa Feixina por su simbología franquista.

"Es un documento que expresa muy bien una época. Igual que no quemaría los Archivos de Salamanca, no derribaría sa Feixina, pero se ha de explicar bien. Creo que Aina Calvo hizo lo correcto. Dio visión de lo que fue la guerra. Es un tema muy doloroso, pero precisamente por eso, porque los símbolos son interpretables, opino que el monumento es un punto de partida para explicar la historia", argumenta. Sabe que es un tema que polariza las opiniones. Demasiado dolor.

P Apenas nadie conoce al autor Francesc Roca. ¿Qué valor artístico le otorga?

R Roca es la expresión de la globalización en la primera mitad del siglo XX: era muy productivo pero en su contra jugó que no trabajaba en un solo lugar puesto que desarrolló su oficio en Rosario; después estuvo en Madrid. Queda un 90 por cien de material por investigar. Todo apunta a que tenía obra muy importante, pero tiene obra muy interesante como Can Casasayas, la mal llamada Can Llofriu, el edificio del Psiquiátrico, el cuartel de Inca y bastante obra en Sóller.

P Otro dolor, la historia del autor de Gesa, Josep Ferragut. ¿Qué le pareció el documental de Miguel Eek?

R He conocido a personas que conocieron a Ferragut, que admiran sus edificios y les supo mal el documental, que yo creo que está muy bien construido como película, con una utilización del lenguaje cinematográfico impecable, pero supo mal que se incidiera en el tema sexual, del asesinato. En el libro de su sobrino se enseñan cartas que podrían apuntar a que lo asesinaron por no ser una persona corrupta. Tuvo una ética y un rigor admirables. Le costaba mucho entender que un plan general de urbanismo de un municipio favoreciese a un particular.

P Seguimos con los dolores de Palma

R Es una historia desgraciada de Palma. ¡Otra más! parece la muñeca de los políticos: ahora es mía, ahora la vendo. Ferragut innovó en un edificio que junto a su área debería ser la City de Palma. Diseñó un edificio muy moderno en aquellos años, que aún lo es. Gesa sería un edificio magnífico para oficinas, para consellerías y así ahorrarse pagar alquiler. Tiene un teatro. Otra cosa es que haya voluntad política. Cualquier empresa importante lo podría coger pero se tendría que rehabilitar. El edificio de Gesa sirve para todo, lo que me gustaría es que hubiera consenso, no cambiar cada cuatro años.

P ¿Palma conoce a sus arquitectos?

R Yo diría que entre el gremio sí, aunque los arquitectos defienden poco a los maestros; pero los mallorquines aprecian poco, en líneas generales, a sus arquitectos. Por ejemplo, si hablamos de Ferragut, es reseñable el Plan de Ordenación urbana de Jaume III, cómo abren la plaza Major, Velázquez, plantean el esponjamiento de Palma pero a la vez con una intervención muy respetuosa. Ferragut respetó el claustro cuando hizo el colegio de Sant Francesc. Si ves sus obras te das cuenta de su importancia y su modestia. Cuando podía innovar lo hacía. Pero no era un arquitecto estrella. Destacaría que fue de los pocos que hizo arquitectura social en la fábrica de Maó, y siguió la arquitectura de las colonias de trabajadores en Alcúdia. En Palma, el edificio de Virgen de la Luz, al lado de Gesa. Después destacaría a Bennásar, que fue el arquitecto que hizo de Palma la ciudad que es.

P ¿Cuidamos nuestro patrimonio?

R Es desolador lo que ocurre en Palma. El 90 por cien de las esculturas están destrozadas. Me pregunto qué artista vende obra al Ayuntamiento, a cualquier ayuntamiento. Alguien se debería hacer cargo de todas las esculturas, dónde se ha visto el mal trato a los murales de Miró, cómo se llevan de la Ceca a la Meca sus esculturas, elementos significativos de una ciudad. A través de Ferragut he descubierto la obra Hombre y Mujer, de Pere Pavía, y las han movido de aquí para allá, están sin limpiar. Es una falta de respeto imperdonable.

P A su padre, el ceramista Castaldo, ¿le han tratado bien?

R Con respecto al mural del Parc de la Mar, sigue en mal estado, pero debo reconocer que sí han restaurado el mural que está colocado en el parc de la Quarentena.

P ¿Le duele la turistificación de Palma?

R Valdría la pena hacer reflexión sobre qué es el progreso y qué queremos los mallorquines, y preguntarnos qué estamos dispuestos a perder. Está claro que el turismo ha aportado riqueza pero ahora estamos en el límite, es decir, que hemos perdido calidad de vida y son muchos los que no pueden acceder a una vivienda digna porque no se pueden pagar estos precios. Hemos de marcar límites. En el diseño siempre hay límites: qué quiero. Programar es la función de los políticos, pero mi percepción es que van por detrás, van tapando agujeros, y luego nos tenemos que adaptar a las circunstancias. Creo que ni para los cruceristas es agradable la saturación que se da en ciudades como Palma.

P Desmiéntame: ¿Ya no vivimos en un paraíso?

R Palma sigue siendo agradable para vivir, especialmente en invierno. Su insularidad es una ventaja, y hay mucha actividad cultural.

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