La denominada Palma Central, consistente en la restricción del tráfico rodado en todo el centro histórico de la ciudad de Avenidas hacia adentro, es un objetivo que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma se ha propuesto alcanzar en este mandato.

El concejal de Movilidad de Cort, Francesc Dalmau, explica que, en realidad, lo que se pretende es la ampliación de las actuales Áreas de Circulación Restringida a Residentes (Acires) a todo el centro de la ciudad. Se trata de zonas en las que solo están autorizados a circular los residentes, además de los coches de policía, bomberos, ambulancias y taxis, las motocicletas, las bicicletas, y los denominados vehículos de movilidad personal (VMP).

En la actualidad, buena parte del centro de la ciudad ya está considerado zona Acire, aunque falta la inclusión en esta categoría una amplia zona situada entre el paseo Mallorca, la avenida Portugal, Vía Roma, la Costa de la Sang, la Porta de Santa Catalina, la Protectora y Bonaire.

Nuevos Acires

Dada su extensión, probablemente el tráfico se irá restringiendo por fases incorporando como zonas Acires la comprendida entre la calle Bonaire, el paseo Mallorca y Rubén Darío. Otra zona podría ser la situada entre esta última calle la Avinguda Portugal y Vía Roma y, por último, el área comprendida entre las avenidas de Alemanya y del Comte Sallent, la calle Sant Miquel y Vía Roma.

En este último caso, la restricción del tráfico para permitir el acceso a esta zona solo a los residentes tiene un inconveniente: se deben garantizar los accesos al estacionamiento del subsuelo de la plaza Bisbe Berenguer de Palou, conocida como Plaza de los Patines), lo que obligará, al menos hasta que la gestión de este estacionamiento no sea asumido directamente por el Ayuntamiento cuando finalice su período de concesión, a dejar como mínimo una vía de entrada y otra de salida por la que puedan circular todos los vehículo que utilicen esta infraestructura.

En un futuro, no obstante, tal como se indica en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), se espera que esta situación puede solventarse en parte porque se prevé que todos los estacionamientos subterráneos gestionados por el Ayuntamiento situados en el arco de las Avenidas y en su zona interior puedan ser utilizado solo para residentes, lo que evitará la entrada de numerosos vehículos al centro. También habrá que solucionar el acceso de vehículos de no residentes a la parte no peatonal de la calle Sant Miquel, el Olivar y en la Porta de Sant Antoni.

Las medidas adoptadas en el pasado mandato en la zona centro de la ciudad van en esta línea. Por ello, se restringió el acceso solo a residentes a la avenida d'Antoni Maura desde la autovía del Aeropuerto, al tiempo que solo se dejaba aparcar a los residentes en el eje de Palau Reial y Constitució y se ampliaban los Acires de sa Calatrava y Santa Eulàlia.

En la misma línea va la próxima peatonalización de la plaza del Mercat y la señalización como Acire la calle Unió, lo que impedirá que los no residentes puedan circular desde la Plaza Joan Carles I en dirección al Teatre Principal.

También se debe poner límite de forma paulatina al excesivo número de vehículos aparcados en superficie en los Acire, aunque antes se deben dar alternativas a los residentes.

En la zona azul, en la que se aplica la Ordenanza Reguladora de Aparcamientos (ORA) también se plantea la posibilidad de que los residentes tengan prioridad a la hora de aparcar, reservándo estacionamientos para ellos de tal forma que los no residentes deban abonar una tarifa más elevada. Por el momento, aunque no se descarta, no se prevé ampliar las zonas Acire en el Eixample, aunque a lo largo de este mandato también se prevé la conversión de Nuredunna en Eje Cívico, entre otras actuaciones.

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