Gabriel Alzina, empresario mallorquín, ya le echó el ojo a la plaza Gomila en 2007, en pleno deterioro del que fuera uno de los barrios cosmopolitas de la Palma de los años 50. "Creo en la zona", dijo años atrás. A mediados de 2020, espera poder abrir el hotel Joe's en la plaza Gomilaabrir el hotel Joe's en la plaza Gomila, un cuatro estrellas de diez habitaciones que ha tenido que aguardar más de año y medio el cambio de licencia ya que la idea inicial era convertir el edificio de la famosa coctelería en apartamentos de alquiler vacacional. Luis Ladaria firma el proyecto arquitectónico, y Pepe García-Ruiz, el interiorismo. En planta baja habrá un bar coctelería. A la salud de la Gomila de sus buenos tiempos.

"Hace un año ha empezado una revolución espectacular. Todos quieren comprar en Joan Miró. Sabíamos que habría un cambio pero no de esta manera", expresa Katja Schrapel, residente en El Terreno desde hace quince años, e inmobiliaria. Desde su oficina se han despachado algunas de las grandes inversiones como la del Grupo Piñero que se ha hecho con el edificio de Can Noguera, del que ha salido esta misma semana su último inquilino.

El precio de venta de este inmueble es de 3,2 millones de euros. Sus más de 1.700 metros cuadrados se van a convertir en oficinas y viviendas. "El boca a boca" entre los inversores recorre un mapa de europeos -alemanes, suecos y franceses- , además de españoles.

La inmobiliaria alemana indica que el precio medio oscila entre los 4.000 euros el metro cuadrado, si tienen vistas, a los 2.000 en plantas bajas y no en primera línea.

Como una vecina más, ve "con buenos ojos" el cambio en la zona pero espera que no sea una segunda edición de santa Catalina y que "el barrio no pierda a sus vecinos de siempre sino que haya una mezcla entre mallorquines y los nuevos residentes".

Ella asiste atónita a esa "revolución de Joan Miró" que ya ha cautivado al empresario alemán Paul Bauer y su hijo Chris que han comprado un viejo edificio en Joan Miró que van a convertir en viviendas con precios no inferiores a los 475.000 euros; a la más cara de un millón y medio de euros. "El Terreno va a renacer en menos de cinco años", expresó a este diario el promotor de Xojay.

No muy lejos, de regreso a la plaza Gomila, donde en los ochenta se vivieron noches de gloria en Moncloa y donde hoy luce el deterioro absoluto, la familia Fluxà ha adquirido varios de estos pisos. Llorenç Fluxà niega, pese a los insistentes rumores desde hace meses, de que el grupo Camper va a abrir un hotel en la línea de los que ya posee en Barcelona y Berlín.

"Hemos comprado algunos pisos como inversión particular y para hacer alquiler de larga estancia, pero no vamos a abrir ningún hotel", asegura el propietario de la empresa de calzado. Sin embargo, la compra de los solares que flanquean la plaza hace sospechar que se va a levantar algún negocio de la familia Fluxà.

Empresarios suecos como el Grupo Showgreen S-L. también llevan tiempo seducidos por el barrio que Gertrude Stein recomendó a Graves en los años de entreguerras por ser barato. Hoy se pagan millones.

A la espera de proyectos demorados por Cort como la conectividad entre El Terreno y el paseo Marítimo, Xavier Abraham, presidente de la asociación de vecinos, elogia la "reconversión" de viejos edificios "llenos de ratas" que produce "gentrificación, sí, pero no traumática. Son muchos los que ya se han ido del barrio", apunta el representante vecinal.