El concejal del Partido Popular, Julio Martínez, protagonizó ayer en la comisión del pleno de Hacienda un momento de tensión a raíz de la comparecencia, solicitada por su grupo, de la gerente de Palma Activa, Susana Rincón, para que explicara por qué, en 2017, no se contrató como Agente de Desarrollo Local a la exconcejala conservadora Esperanza Crespí. Rincón afirmó que el programa del SOIB por el cual se había contratado a la exedil y a otra persona había finalizado, por lo que, en ningún momento, se trató de un despido. No obstante, Martínez no dio por buena esta respuesta e insistió en que Rincón le explicara las razones de la no contratación. La situación llegó al extremo de que pidió “amparo” al presidente de la comisión, Ramón Perpinyà, al tiempo que afirmaba que la decisión se adoptó “por motivos políticos”.
El uso del catalán recula en los grupos municipales
El uso del catalán en las propuestas que llevan al pleno los grupos municipales de la oposición está en los peores niveles desde 1996, año en el que era prácticamente del 100%. Desde el 1998 hasta 2015 se mantuvo alto con ligeras oscilaciones. No obstante, a partir de 2015, con la entrada de Ciudadanos, la curva desciende en picado hasta niveles de poco más del 20% en 2017. Este año hay un pequeño repunte, aunque con la entrada de Vox, ha bajado hasta niveles de menos del 10%. Todas las mociones presentadas por el partido ultranacionalista son exclusivamente en castellano, el Partido Popular ha presentado solo cuatro en catalán y 22 solo en castellano, mientras que las 23 presentadas por Ciudadanos son también exclusivamente en castellano.
