Una vieja puerta metálica a los pies del Baluard de Sant Pere da paso a un túnel abovedado que discurre en zig zag bajo la muralla. Así se evitaba que la metralla que pudiera entrar desde el exterior impactara en las personas que estaban dentro. Este es uno de los cientos de refugios antiaéreos que se construyeron durante la Guerra Civil en Palma, desconocidos para la gran mayoría de ciudadanos. Este domingo, un numeroso grupo de personas tuvieron la oportunidad de entrar en él y el Ayuntamiento prometió que pronto estará abierto al público.

El ingeniero e investigador Bartomeu Fiol, presentó este domingo su libro Els refugis antiaeris de Palma i la defena passiva a Mallorca durant la Guerra Civil (1936-1939) en la XXX Setmana del Llibre en Català y después ejerció de guía para los primeros curiosos que tuvieron la oportunidad de entrar en el refugio del paseo Sagrera, uno de los 130 de propiedad municipal. Se calcula que en el municipio hay otros 600 en casas particulares.

13

Dentro de un refugio antiaéreo en Palma

El refugio que este domingo se abrió se construyó para proteger a la población durante bombardeos de fuerzas republicanas, indicó el Ayuntamiento. Algunos orificios en su techo permiten la ventilación y pese a que la humedad ha provocado desconchones en sus muros, se mantiene en buen estado. "Imaginaos 180 personas aquí dentro", mencionó Bartomeu Fiol para poner en situación a los visitantes. No es este el caso, pero el investigador explicó que muchos refugios disponían de bancos para sentarse dentro o algún tipo de sistema de saneamiento.

De momento se conoce solo este acceso a pie de calle, pero como todos los refugios antiaéreos, tiene otra salida al barrio del Puig de Sant Pere, en un lugar indeterminado y que ahora se intentará descubrir. Dentro, esa otra salida permanece bloqueada por piedras y tierra, en un tramo final que se intuye ascendente.

Antes de esta breve visita, tanto Bartomeu Fiol como el historiador Josep Francesc Borne y la conservadora del castillo de Bellver, Magdalena Rosselló, reclamaron al regidor Llorenç Carrió, antiguo responsable de Cultura y ahora titular de Educación, que se recuperen los refugios antiaéreos como parte del patrimonio cultural de Palma y que algunos de ellos se abran al público con visitas guiadas.

Por su parte, Carrió afirmó que existe el compromiso del Ayuntamiento de trabajar para dar a conocer la importancia de estos refugios. El primer paso será recuperar el del paseo Sagrera, que dispone de una partida en los presupuestos participativos.