Bartomeu Reus Bordoy y Melchor Guardia Cuader son dos ejemplos de la mirada de dos aficionados a la fotografía que hicieron de Palma el motivo de su enfoque. Son dos historias de cómo desde el amateurismo se retrata lo cotidiano con una mirada que sabe mirar. Desde la asociación Fotos Antiguas de Mallorca se les rinde homenaje en la exposición conjunta en la Tesorería General de la Seguridad Social, en La Rambla. La 'retrospectiva fotográfica' se puede visitar hasta el 22 de noviembre.

La pasión por la fotografía y el año de su muerte son las únicas coincidencias de Reus Bordoy -Palma, 1886- 1970- y Guardia Cuader -Barcelona, 1903-1970-. El primero trabajó como ebanista y abrió una tienda de comestibles en la calle Pere Llobera. Con su cámara estereoscópica se subía a "sa camiona" y esperaba con paciencia la luz milagrosa.

"Perdí a mi madre con 16 años, así que pasaba muchas horas en casa de mis abuelos. Le recuerdo con aquella máquina que se ponía el trapo por la cabeza. Tengo 67 cajas de placas con cientos de sus fotos, algunas de cuando llegó Alfonso XIII a Palma; y muchas de la familia. Yo no sigo la tradición pero sí mi hija", cuenta Guillem Bibiloni Reus, nieto de Bartomeu Reus.

Melchor Guardia llegó a Mallorca para hacer la mili pero conoció a la que sería su mujer y se quedó. Montó la peluquería para señoras en la plaza de Cort.

Escenas cotidianas, instantes de momentos sencillos pero encuadradas con ojo certero solían captar la atención de este aficionado catalán.

"Su afición era enorme. Se trajo negativos de placas de vidrio desde Barcelona que yo, siendo un niño, limpié de aquella cosa oscura que creí era suciedad", cuenta ya con una sonrisa su hijo José Miguel Guardia. "Mi hijo sigue la afición. Ha sido muy emotivo ver esta exposición. ¡Me hubiese mandado al manicomio si le contase que hoy se hacen fotos con el teléfono!", ríe de nuevo.