Aunque no se sabe muy bien la causa, lo cierto es que las bandadas de estorninos, que en su migración otoñal pasaban la noche en los árboles de la ciudad provocando molestias por el ruido que provocaban y los excrementos, han dejado de hacerlo desde hace más de un lustro.

De hecho, el departamento de Medio Ambiente de Cort ya no prepara ningún dispositivo especial para ahuyentar las poblaciones de estos pájaros para que no se posen en los árboles de es Born, la plaza de España o la calle Manacor, emplazamientos especialmente problemáticos hace tan solo una década.

Fuentes municipales indicaron que en estos momentos solo se tienen quejas puntuales por las molestias que generan poblaciones pequeñas de estas aves, que probablemente ya viven permanentemente en la ciudad. En concreto, se ha avisado de su presencia en un árbol de Son Armadams y en un pino de Dalt Murada.

En este último caso, el pasado mes de febrero se detectaron más de cincuenta cadáveres de estos pájaros. Las causas de su fallecimiento, pese a que varios cadáveres fueron remitidos a laboratorios de Madrid, no se pudieron determinar. Coincidiendo con el mes de noviembre y con la llegada de las bajas temperaturas en los países del centro de Europa, miles de estorninos se posaban en los árboles de la ciudad para pasar la noche. Inicialmente, se ahuyentaban mediante la utilización de petardos y bengalas de humo. Con posterioridad se utilizaron halcones como depredador natural de estas aves y, últimamente, se utilizaba solo su registro sonoro.