Madrugaron los vivos para ver a sus muertos. Desde primeras horas, el cementerio de Palma se convirtió en un microcosmos de historias entre ofrendas florales, plegarias, silencios, lágrimas y desde luego, el día a día. La actualidad se coló en el camposanto de Palma. En el habitual homenaje en el Mur de la Memòria, algunos de los políticos aprovecharon el tirón del inicio de campaña para colar peticiones y movilizar al votante.

Algunos de ellos, sacudidos por recuerdos familiares de represión en la guerra civil como el socialista Pere Joan Pons. Caliente la exhumación de los restos de Franco, "el dictador ya no está en el Valle de los caídos", Pons pidió a los electores que "el día 10 de noviembre se movilicen para que no gane el bando de los que no quieren que se haga memoria histórica". En un sentido similar, Cosme Boned, que admitió "la falta de financiación para llevar a cabo la ley de Memoria Histórica", aprobada en Balears la pasada legislatura.

Frente al Muro, se escuchó a un viejo militante, "estos socialistas de ahora, no tienen nada que ver con los de antes", en un sentido parecido versó la arenga de Joan del PMRCC, que a la cara de los socialistas reunidos en multitud les arrojó: "¡Nos seguís engañando; estáis acomodados!".

Los muertos protagonistas se mantenían en silencio ante chascarrillos, que la vida siempre quiere vida. Otros hablaron en silencio con los que ya no están. Isabel, al pie del Oratorio central se quejó de no poder asistir a la primera misa de las tres que se oficiaban: "Me da igual que sea en chino". Aguardó sentada en un banco porque los años y las piernas no la tienen en pie.

Es el segundo año que la comunidad católica china celebra el Oficio del Día de Tots Sants aquí. Estuvieron apoyados en el Oficio por el monaguillo Joan Miquel, nieto del sacristán mayor del cementerio, que a sus 70 años, y 30 en el cargo, espera ser relevado por su nieto. "Pero solo será el de arriba el que me jubile". Recordó que "el Obispado lo ha arreglado ya, y va a volver a celebrarse misa en domingo en el camposanto". Desde la Empresa Funeraria, Jordi Vila, zanjó el asunto: "Se ha creado una polémica donde no la hay", en relación a la eliminación de la misa de domingo en el cementerio.

La corporación municipal enfiló el paseo oficial en un camposanto mejorado por las obras recientes: rampas, pérgolas, caminos. Sonó el Adagio de Albinoni, que interpretó Miriam Félix al cello, mientras se colocaba la corona a los que no tienen sepultura. Y un familiar de Beny Zambrano, de Ecuador, encendía unas velas a sus muertos lejanos. Allá por América.

De las catacumbas surgieron las risas tempranas de dos niños, Perla y Pablo, los hijos de Daniel Hernández, un mexicano que dejó el país pero no sus costumbres: "Le hemos puesto un altarcito a mi suegro, y no le falta el tequila", sonrió.

Del jardín del islam, Mariano Mayans, convertido y uno de los artífices de esta esquina de sepultura para los musulmanes, se queja. "No está bien. Jamás se ponen ni flores ni fotografías; nuestras tumbas son austeras". La fotografía de una bebé muerta le daba razón al enojo.

El limosneo se centra bajo las escaleras del Oratorio. Toni Giménez, el vendedor de cupones, aguarda que otro año más, el de Difuntos sea un buen día. "Compran bastante; sobre todo los gitanos" que, de nuevo, acuden al festejo de los muertos, en comandita y cargados de flores.

Día de memoria como la que atesora el profesor de Filosofía de Montesión Venancio Mayo, frente a la tumba de un alumno suyo que murió en accidente.

Llega el eco de las mujeres del pañuelo rojo, las de la Memòria Histórica de Mallorca, Tonina Mercadal, María Jesús Balaguer, Maria Antònia Oliver. "Hoy es un día especial para recordar a las víctimas del franquismo y para que su sacrificio sirva para algo. Ellos lucharon por un mundo mejor. Es un honor recuperar su memoria". "Aún hay mucha gente tirada en las cunetas", recordó Oliver. Aplausos con energía. Tras los parlamentos de espontáneos, también del alcalde José Hila que incidió en que "este es un muro de dignidad y justicia" y reconoció que "aún queda mucho por hacer. La izquierda que gobierna continuará la lucha", mitineó. Ayer Tots Sants se volvieron muy políticos. Una petición para vivir mejor: menos plástico en flores y tiestos.