Más de 2.800 personas ya han firmado en contra del proyecto de restauración de la cantera sa Garrigueta Rassa, que implica reactivar las voladuras y reabrir las instalaciones durante 30 años. La recogida de firmas la ha iniciado la Apima del colegio público Son Anglada, mientras continúa el plazo para presentar alegaciones.

La cifra de adhesiones sigue aumentando, a pocos días de la manifestación de protesta, este sábado, que partirá desde el camino de Son Anglada y finalizará en la cantera, a las 11 de la mañana.

Las asociaciones de vecinos de Establiments, Son Anglada, Son Rapinya, Son Espanyol, es Secar de la Real, Son Roqueta, Nova Son Roca, Can Valero, de los pueblos de Puigpunyent y Galilea, con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma y de las asociaciones de familias de los colegios cercanos a la cantera se han sumado a la petición para impedir que siga adelante el proyecto presentado por Terral Holding 2005 S.L.

En el manifiesto con el que se reúnen firmas, los 'afectados' aseguran que no están en contra de tomar medidas "para disminuir el impacto visual y paisajístico motivado por la explotación abusiva y desordenada de la cantera", pero sí rechazan tajantemente "el proyecto presentado porque intensifica los daños causados y supone reabrir por un periodo de 30 años, al menos, unas actividades insoportables para los vecinos de las barriadas cercanas".

Explotación, no restauración

"En el proyecto se pretenden actividades económicas generadoras de grandes beneficios, como la venta de material existente, del material que se produciría mediante la explotación a base de voladuras, y del que se obtiene por la recepción de ingentes cantidades de materiales para relleno. Por tanto, hay que definir el proyecto presentado claramente como de explotación de la cantera", sostienen los vecinos.

El escrito de la apima del colegio Son Anglada apunta que la restauración podría ser mucho más sencilla. "Se debe recordar que la mayoría de las viviendas y todos los núcleos urbanos afectados existen desde mucho antes el inicio de la explotación de la cantera en 1956. Es la restauración de la cantera la que debe acomodarse a intereses personales y materiales de los miles de vecinos afectados y no al revés".

Para los firmantes, las voladuras "son totalmente inadmisibles, por cuestiones de seguridad personal e importantes molestias a las barriadas vecinas: polvo, ruidos, vibraciones sísmicas, y daños a los cultivos y a las construcciones. Al respecto hay que señalar que fue precisamente un grave incidente lo que llevó al inmediato cierre de cantera en 2004".

El Ayuntamiento de Palma ha emitido un informe desfavorable a la reactivación de la cantera mediante el proyecto de restauración y de esta institución dependerá que la empresa obtenga o no licencia de actividad.

La contaminación del acuífero de na Burguesa y el incremento del tráfico de camiones por la carretera de Palma a Puigpunyent, tal como ya expuso la asociación de vecinos de Son Anglada, son otros puntos en contra del proyecto.