Emérico Fuster, vicepresidente del Club Náutico con Javier Sanz como presidente, se presenta a las elecciones del día 31 para renovar la junta directiva y competirá en el puesto con Juan Besalduch.
P Dado su actual cargo, parece el candidato de la continuidad.
R En cierta manera, sí, de una gestión llevada impecablemente y que ha dado solvencia al Club para poder acometer la reforma proyectada con tranquilidad y sin pedir dinero a los socios.
P La Autoridad Portuaria os exigía un parking con el que no estábais de acuerdo. ¿El RCNP ha tenido que transigir?
R Al principio no lo veíamos por el coste que supone construir un aparcamiento subterráneo bajo el nivel freático, pero será un gran beneficio para los socios, ya que la escasez de plazas es evidente. Si presido el Club, limitaré el uso abusivo del parking, quiero que haya rotación, no que un socio aparque y se marche de viaje.
P Otra exigencia de la APB era que no hubiese barcos de más de 12 metros de eslora.
R La concesión actual permite hasta 20 metros y la prórroga lo mantendrá. Al final la Autoridad Portuaria aceptó y así ha quedado estipulado en los pliegos de base del proyecto, el preacuerdo que se ha enviado a Puertos del Estado para que lo apruebe.
P ¿Las obras serán un trastorno en el día a día del Club?
R Será complicado, pero hemos diseñado con el arquitecto, Juan Morro, una especie de puzle para ir trabajando por zonas y poder trasladar a los inquilinos que hay causándoles el menor perjuicio posible. Algo sufriremos, porque las obras durarán un año y medio.
P El Contramuelle también se transformará. ¿Coincidirán?
R Sería fantástico si eso ocurre, por el bien de la ciudad, ya que está justo enfrente. En la medida de lo posible, nos coordinaremos con la APB para que el impacto de ambas obras no sea tan grande.
P ¿El Náutico es elitista?
R En absoluto, pero es conocido a nivel mundial por el evento de la Copa del Rey, que nos ha dado mucho prestigio. Eso no significa que sea elitista. Aquí hay todo tipo de socios y tener un barco no es algo exclusivo. El problema es la falta de amarres, que lleva a crear nuevas figuras de gestión, como el uso compartido de barcos.
P ¿El Club está anquilosado?
R No, claro que no, aunque hay que actualizarse y captar nuevos socios. Por ello, quiero crear una aplicación móvil y un portal de transparencia, una oficina virtual de quejas y sugerencias, abrir una ludoteca los fines de semana, que las parejas de los socios participen más en los eventos del Club y que puedan asistir a las asambleas. Necesitamos ir mejorando poco a poco y mirar al futuro, también con un claro compromiso con el medio ambiente.
P ¿Para qué servirá la app?
R Para que los socios reciban todo tipo de información del Club, se comuniquen entre ellos y otros servicios. Por ejemplo, si un socio sale a navegar un par de días, puede avisar al momento de que deja su amarre libre y, de este modo, el Club puede darle un uso y que lo aproveche otro barco.
P ¿Es necesaria una ludoteca?
R Los fines de semana hay una gran actividad, con el gimnasio, la piscina... Los niños corretean por las instalaciones y se convierten en un gallinero. En la ludoteca pueden jugar y hacer amigos. Los jóvenes también necesitan tener un espacio propio y actividades. Me planteo hacer una fiesta para ellos, una jornada de food trucks y cosas abiertas a los ciudadanos para darnos a conocer y que haya más ambiente en el Club.
P ¿Cómo potenciará la parte deportiva?
R Con la anterior concejala de Deportes de Cort, Susanna Moll, estuvimos hablando de crear una escuela municipal de vela y la idea es retomar el tema con el nuevo regidor. Incluso tenemos un solar en el proyecto de reforma donde se podría construir el edificio.
P ¿Quién formará parte de su junta directiva si gana?
R En mi candidatura hay varios deportistas destacados, como Maria Bover y Hugo Ramon, así como reconocidos piragüistas.
