El puesto de venta de castañas y boniatos calientes que se instala desde el año 1992 en la confluencia de las calles Oms y Sant Miquel, ya está abierto nuevamente al público desde el pasado martes. Francisco Valderas, que regenta este puesto callejero autorizado por el ayuntamiento de Palma, uno de los pocos que se instalan, prevé que esté abierto diariamente hasta después de las fiestas de Sant Sebastià. Por el módico precio de tres o cinco euros se puede adquirir un cono con más o menos castañas calientes, un producto que cada año tiene más aceptación entre los palmesanos, o uno o varios boniatos, en función de su tamaño. Valderas asegura que los meses con mayor actividad son los de noviembre y diciembre, además de las vísperas de festivos. Tras la temporada invernal se dedica a la venta ambulante de frutos secos en distintos pueblos de Menorca. Aunque no se atreve a dar una cifra del volumen de castañas y boniatos que necesita cada año para satisfacer a sus clientes porque, asegura, "vendo todo lo que me compran", afirma que estos productos tienen cada vez más aceptación hasta el punto de que ya es habitual que muchos ciudadanos se desplacen al centro para adquirir castañas calientes.
