La playa de Can Pere Antoni acumula cien días de cierre y prohibición de baño a consecuencia de la contaminación de sus aguas por vertidos fecales. 16 días en los once cierres decretados por el Ayuntamiento de Palma durante este año, entre los meses de marzo a octubre, el último ayer martes; 28 días durante el año 2018, entre los meses de marzo a octubre; 12 días durante el año 2017; 18 días durante 2016; 19 durante 2015, cuatro días durante 2014; dos durante 2013 y, finalmente, un día durante 2012.

Todo estos datos son cifras oficiales de Emaya suministradas por la empresa municipal durante el año pasado, salvo los días de cierre de la playa producidos durante de 2019, que corresponden a un recuento propio a partir de los anuncios municipales de cierre del arenal después de cada vertido de aguas residuales.

Hay que tener en cuenta que el cierre sistemático de la playa después de cada vertido de aguas sucias no empezó a sistematizarse hasta el mes de agosto de 2018, tres meses después de que el arenal urbano perdiera la Bandera Azul.

Antes solo se izaba la bandera roja de forma ocasional o cuando la contaminación de la playa era más que evidente, porque los vertidos seguían produciéndose cada vez que llovía y se desbordaba el colector. La depuradora del Coll den Rabasa seguía siendo la misma, sin capacidad de absorber agua cuando se producen lluvias, por insignificantes que fueran, motivo por el que los vertidos llegan a las playas.

Durante el gobierno municipal del PP, de 2011 a 2015, la playa se cerró al baño durante 26 días. La pasada legislatura, con el gobierno municipal del pacto, la playa fue clausurada durante 58 días, subiendo de forma muy significativa los días de cierre en 2017 y 2018, cuando empezaron las denuncias y el problema de los vertidos llegó a la opinión pública.