El Servicio de Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern, que realiza el seguimiento del estado de la bellasombra de la plaza de la Reina, ha puesto de manifiesto que la podredumbre afecta a una parte mucho más extensa del árbol del que inicialmente se pensaba.

Las tareas que se han llevado a cabo también han mostrado que el interior presenta un núcleo de pudrición. Esta podredumbre ha afectado, además, todas las raíces superficiales, que, aunque presentan un aspecto sano, están vacías y muy afectadas. Los técnicos están pendientes de la evolución del árbol después de las actuaciones, pero no esperan que se produzcan rebrotes, porque la enfermedad está en un estado muy avanzado.

Cabe recordar que, en las analíticas que se hicieron en septiembre de 2018 y que posteriormente se repitieron en enero de este año, se encontraron hasta cuatro hongos que pueden ser patógenos, entre ellos, uno de la especie Fusarium sporotrichioides Sherbat, además de bacterias del género Serratia.

Estas analíticas se hicieron después de que el verano de 2018, debido a la fractura de uno de los brazos, los técnicos observasen graves podredumbres en las raíces afectadas. En ese momento, se empezaron a hacer los tratamientos necesarios para poder recuperar el árbol. Las últimas actuaciones fueron en junio de este año, en que se decidió volver a sanear, y la semana pasada, cuando se examinó el árbol para saber cuando tocaba empezar la actuación para que su altura no comportase un peligro.

La ombú pertenece a la especie Phytolacca dioica y es propiedad del Ayuntamiento de Palma. Tiene aproximadamente un siglo y, hasta el momento de la fractura, una altura aproximada de catorce metros; el perímetro de tronco superaba los cinco metros y la copa, veinte metros de diámetro. Se caracterizaba por hacer buena sombra y por la forma y el crecimiento del tronco y las raíces. Su madera es muy ligera y combina capas leñosas con capas esponjosas, donde acumula agua y almidón.